Yo, la vendida

Las redes sociales están colonizadas por intereses que buscan desprestigiar a las voces que somos críticas y que no bajamos la cabeza ante el poder. No importa qué poder sea.
Los ataques en redes sociales contra críticos de gobiernos o partidos generalmente se benefician del uso de bots.

Debo confesar que llevo más de un año sin escribir una sola columna favorable a López Obrador. Su manejo de la pandemia y su respuesta al movimiento feminista me parecen equivocados, y así lo he expresado en

.

Además, tan solo en el último año, he criticado

por parte del gobierno federal a los médicos durante la pandemia, la falta de , la mala idea de a los funcionarios públicos, el desorden y las prisas con las que federal, la brutal estrategia de de López Obrador, la falta de programas sociales para temprana, la mala ocurrencia de para juzgar a los expresidentes, la pésima idea que fue en la frontera sur, la forma de , y hasta la falta de que se observa en los servidores de la nación.

Es decir, he escrito duro y sin temor contra las estrategias del gobierno.

Aún así, hordas de cuentas en redes sociales me describen como la “apoyadora” más leal de López Obrador y su títere. Me describen abiertamente como una pendeja, una puta, o una vendida.

Peor aún, se me acusa de cosas abiertamente falsas. Por ejemplo, algunas cuentas en redes sociales dicen que defiendo la candidatura de Salgado Macedonio en Guerrero, cuando he sido una de las voces más críticas de su selección e incluso, me he tomado la libertad de compartir mis críticas en

y en . Se me acusa también de decir que el plan de vacunación es un éxito, cuando lo he en que lo presentaron, en diciembre del 2020, y en muchas .

Las acusaciones falsas se dan todos los días, frecuentemente con insultos a mi educación, a mi inteligencia, y hasta a mi familia. Sobre todo, me sorprende lo clasistas que son algunos insultos y lo lejos que llegan impulsados por personas sin escrúpulos. Por ejemplo, recientemente, Felipe Calderón, expresidente de México, compartió un insulto esgrimido hacia mi persona por una cuenta que me acusaba de ser “marrullera y mentirosa”. Aparentemente, le molestó que yo hubiera sugerido que la venta de vacunas en el mercado abierto favorecería a las

, en detrimento de las personas con mayores riesgos.

Esto no es normal. Hay múltiples cuentas que apoyan a López Obrador de manera absolutamente acrítica sin recibir los insultos que yo acumulo en un solo día. Al contrario, reciben halagos.

Creo que la razón por la cual esto sucede no es que yo “defienda a López Obrador”, lo cual es falso, sino que no temo criticar también duramente a la oposición. Así, tan solo en el último año he mostrado que los gobernadores panistas están evitando la

, que la estrategia de que los ricos pobre (propuesta por Enrique de la Madrid) es un insulto, que el de López Obrador contra el modelo económico es justificado, que no hay de peso a nivel federal, y le he puesto de oposición.

Es decir, he escrito duro y sin temor contra quienes deberían estar haciendo un contrapeso al gobierno de López Obrador, pero en lugar de eso, están velando por sus propios intereses.

Más aún, no estoy en favor de argumentos sencillos que pinten todo de blanco o negro. Por el contrario, trato de siempre respetar a mis lectores dándoles explicaciones complejas que estén a la altura de su inteligencia. Yo siempre imagino a mi lector como una persona sensata y juiciosa.

Así, por ejemplo, en vez de decir que López Obrador está recibiendo todas las vacunas gratis porque “no quiso gastar en comprarlas” como se ha argumentado sin fundamento, mis columnas cuentan la complejidad del proceso de entrega y producción de vacunas, las diferentes apuestas que se han hecho por farmacéuticas, y la dificultad de comparar entre países. Yo no escribo la explicación más sencilla, sino la que me parece más cierta. Por ejemplo, he escrito sobre cómo la mejor forma de apoyar a las instituciones autónomas no es “defenderlas a ultranza” sino

, a fin de que éstas mejoren.

Estimo que la razón por la cual la gente me acusa de cosas falsas y me insulta es porque existen intereses que prefieren que la discusión pública sea simplemente una lucha entre pro-AMLO y anti-AMLO. Y voces como la mía les parecen demasiado incómodas.

Así que solo quiero decirle, querido lector, que continuaré haciendo mi trabajo. Y no claudicaré en continuar con un periodismo que escribe sin miedo al poder, sin importar de dónde venga.

P.D. Agradezco mucho a Alma Delia Murillo por inspirarme a escribir esta columna que se debió haber escrito hace muchos años.

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Nota del editor:

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