El presidente cree que, a diferencia de la iniciativa privada, él es libre de recortar el salario de sus colaboradores por dos razones. Primero, porque cree que todos los funcionarios ya son una élite privilegiada que gana mucho dinero en comparación con el resto de los mexicanos. Segundo, porque considera que las personas honestas que él ha contratado no trabajan por dinero sino por su compromiso irrenunciable con la cuarta transformación.
Ambas premisas son verdades a medias.
Primero, los funcionaros públicos no son ricos. En México, para ser del 10% más rico de la sociedad se tiene que ganar 160 mil pesos mensuales. Para ser del 1% que más dinero gana, se deben ganar 870 mil pesos mensuales. Para poner esto en perspectiva, AMLO, salvo contadas excepciones el funcionario del ejecutivo que más dinero gana, tiene un sueldo de 112 pesos.
El 90% de los funcionarios a los que AMLO les está recortando el sueldo pertenecen a la clase media. La gran mayoría de los subdirectores de área y directores de área ganan entre 20 y 30 mil pesos al mes. Muchos de ellos, debido a su compromiso con México, incluso ganan menos de lo que ganarían en la iniciativa privada.
Segundo, el que tengan un compromiso con el país no los exime de tener responsabilidades económicas que atender. A diferencia de otros países, en México el pago de agua, electricidad y otros servicios sigue en pie. También las rentas.
#QuéPasóCon...la reducción de aguinaldos y salarios en las dependencias públicas