Un poco de contexto: En México todos los estados, ricos o pobres, forman parte de un “pacto fiscal”. Este pacto, a grandes rasgos, implica que todos los impuestos federales que se cobren (como IVA o ISR) independientemente de en qué estados se cobren, son puestos en una bolsa común. Esta bolsa se reparte entre las entidades federativas dependiendo su necesidad, no lo que aportaron. Esto le parece injusto a los estados más ricos, que aportan más.
Lo que no nos dicen los estados ricos es que adicionalmente, cada entidad, tiene la posibilidad de recaudar sus propios impuestos estatales y municipales. Sin embargo, la gran mayoría, por una combinación de flojera y por quedar bien con sus votantes, han decidido no hacerlo. No cobran predial porque no quieren invertir en mejorar el catastro. No cobran tenencia porque no quieren afectar a sus votantes con autos de lujo. No cobran nada porque no quieren crear oficinas de recaudación serias, ni rendir cuentas en sus estados sobre cómo usan esos recursos en su estado.
Básicamente, los estados han decidido vivir de estirar la mano de las fórmulas federales.