Esto es grave porque, como también se menciona en el reporte, las políticas de austeridad han dejado a los programas sociales de México sin personal operativo. Sin tener personal propio, la operación completa de la política de bienestar de México ha quedado en manos de Servidores mal capacitados y de su Censo de Bienestar.
El Coneval también critica duramente al Censo de Bienestar porque se levantó sin saber para qué se necesitaba. Por ello, hasta ahora el Censo no solo está parchado sino que está incompleto.
El desorden es tal que los apoyos no le llegan a todos los que deberían llegarle, y cuando llegan, no se tiene un calendario de entregas. La gente vive al día, esperando que les avisen cuándo ir a cobrar sus cheques a Banco Azteca, Telecomm o a supermercados.
En general, si este reporte que acaba de presentar Coneval es tan acertado como los que hemos visto por doce años, el gobierno federal debe cambiar de raíz la forma de operar su política social. Los Servidores de la Nación no están funcionando y el tipo de beneficios que se están dando son insuficientes.
Si no se cambia la forma de operar, en tan solo unos años, muy probablemente los más grandes escándalos del sexenio de López Obrador salgan de los Servidores de la Nación.
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Nota del editor:
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