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Médicos ante COVID-19: a la guerra sin espada

La queja principal de los médicos que atienden casos de coronavirus es que los protocolos son poco claros y los presupuestos pronto serán insuficientes.
lun 30 marzo 2020 06:45 AM
Túnel sanitizante
En Nuevo León se instaló un primer túnel sanitizante en la entrada de la estación del Metro sendero, el cual rocía desinfectante hasta a 30 personas por minuto y puede durar hasta 12 horas en las prendas de ropa y objetos. La instalación tiene un costo de 75 mil pesos cada uno.

Tenemos muchos médicos listos para ser enfrentar al COVID-19. Su clamor es uno y solo uno: no sienten que tengan suficientes armaduras ni espadas. El estado mexicano debe aumentar su gasto en salud a niveles sin precedente. Proteger y equipar a trabajadores de la salud será clave para el éxito.

En varios hospitales, ha comenzado a haber cambios en espera de una tragedia que se siente como inminente. El Hospital Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, por ejemplo, ha tenido un cambio drástico. Por disposición de las autoridades se destinó a ser uno de los lugares donde se atenderá el COVID-19. El Hospital General de la Raza ya también está preparando algunos pisos. Médicos y residentes están viendo transformarse los hospitales en un campo de guerra que intuyen pronto podría empezar, pero no saben cuándo.

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“Muchos tienen miedo”, me confesó una médica de La Raza, “por el momento lo único que nos dan son cubrebocas y lentes chafas”. Se les ha dicho que no hay suficientes ventiladores pero el problema, saben los neumólogos, es aún más grave.

Los ventiladores son aparatos complejos y, aunque tuviéramos miles, no necesariamente tenemos suficientes médicos que tengan la experiencia necesaria para usarlos. Usar un ventilador requiere tener al paciente con un coma inducido, saber de farmacología, entender cómo y cuándo moverlo para que no se escaree por presión, alimentarlo por vía distinta al intestino y realizar una serie de maniobras para que el paciente no se infecte. La gran mayoría de los médicos no tienen esta especialidad.

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No es nuevo que los médicos mexicanos se enfrenten a adversidades. Los hospitales ya están rebasados de por sí, aún sin COVID-19. El Instituto Nacional de Cancerología, el Hospital General Dr. Manuel Gea González, ya muchos hospitales, operan a marchas forzadas desde hace tiempo.

En cierta forma, el médico mexicano está acostumbrado a la precariedad, a dar diagnósticos sin estudios y a tratar enfermos con la menos cantidad posible de recursos. Sin embargo, ahora hay miedo. En la “tarjeta de acción para protección de salud” que les hicieron llegar se especifica que para proteger al personal de salud, por cada paciente con COVID-19 se necesita tener 25 batas de manga larga, 25 cubre bocas, 50 guantes no estériles, un equipo de protección ocular y 4 respiradores N95 (para usarse en áreas donde se generen aerosoles). Hay temor a que no haya suficiente muy pronto.

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Hay temor adicional a que en México la situación del COVID-19 pueda ser aún más delicada que en otros países debido al alto nivel de diabetes y obesidad. Al menos 12 de los 16 fallecidos de los que se tenía registro al cierre de esta columna tenían diabetes. En México, el 13% de la población tiene diabetes y 73% sobrepeso. México es más diabético que el 90% de los países del mundo, y 38% más obeso que el resto del mundo. En nuestro país hay además 8 millones de personas con asma.

Al momento, la queja principal de los médicos es que los protocolos son poco claros y los presupuestos pronto serán insuficientes. Algunos médicos han comenzado a dejar de ver a sus familias y viven ahora en espacios rentados por miedo a eventualmente infectarlos. Otros se preguntan cómo lograrán llegar a sus trabajos cuando no haya transporte público o cuando, como se ha reportado en Jalisco, los taxistas comiencen a dejar de querer subirlos por miedo al contagio.

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Es imperante que el gobierno expanda el presupuesto más allá de lo que se ha anunciado para proteger a nuestros médicos, pues ellos serán los más afectados. Gestionemos con fabricantes y distribuidores privados la existencia de productos a precios justos. Debe involucrarse y aceptar el apoyo de la sociedad civil y de privados para que haya recursos para comprar estos insumos. Todos pueden ayudar.

No podemos esperar para proteger a nuestros médicos. En otros países, las estadísticas ya muestran lo grave que puede ser. Se estima que el 10% de los casos de COVID-19 en Italia y el 14% en España son médicos. Un estudio de Wuhan encontró que, en un solo hospital, el 26% de los casos eran médicos.
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Nota del editor: Las opiniones de e

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