Por eso se analiza innovar aún más en el modelo y que esta vez los ciudadanos habilitados como funcionarios de mesa de casilla no cuenten votos en cada mesa de votación.
Esto dada la complejidad de asentar en las actas las diferentes combinaciones de votos posibles, para lo cual sería necesaria papelería de mayor tamaño y mega sábanas de resultados donde queden reflejadas todas las posibilidades de votos emitidos.
En el nuevo esquema las urnas serían llevadas a los Consejos Distritales, que es donde se realiza el cómputo distrital de votos en comicios normales, el miércoles siguiente a una votación.
También se analiza, por ahora sólo como una alternativa de ahorro y ante la dificultad de esta novedosa elección, no realizar el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) para anticipar extraoficialmente los nombres de los ganadores del proceso y tampoco concretar un Conteo Rápido, ejercicio estadístico que da con certeza y rapidez los resultados de la elección.
A esas decisiones se suma la de no realizar la verificación muestral del padrón de electores, no obstante que todo en su conjunto han sido medidas aplicadas históricamente para reforzar la confianza en las elecciones.
Con todas estas decisiones el tradicional modelo electoral que ha brindado certeza a los resultados electorales quedaría modificado sustancialmente
Abstencionismo y acarreo
En la elección judicial se anticipa que habrá algunos centros de votación en los que sí haya concentración o filas de electores, es previsible que haya estructuras partidistas que movilicen electores, o que éstos empleen más tiempo para votar que en una elección normal.
Extraoficialmente se estima que cada votante tarda 40 segundos en unos comicios “normales”; en estos quizá tarden dos minutos, en el supuesto de que medianamente se razone el voto y no sea automático.
Sin embargo, también se cierne sobre el proceso electoral judicial la sombra del abstencionismo, y al mismo tiempo la alerta por “movilización” de ciudadanos, es decir acarreo.
En la elección federal pasada, en que se eligió a la presidenta Claudia Sheinbaum, acudieron a votar 61.04% de los ciudadanos en LNE, menos que seis años antes. Es decir 1.9% de los electores que votaron en 2018, no acudieron a emitir su sufragio en esta ocasión.
De acuerdo a Integralia, en las elecciones de junio pasado la participación electoral cayó en 26 entidades. Tabasco –considerado el bastión de Morena- tuvo una participación 14% menor a la de 2018 y en Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Tamaulipas, todas gobernadas por ese partido, también aumentó el abstencionismo.
En 2021 participaron 6.6 millones de ciudadanos, es decir sólo 7.11% y un abstencionismo de 92.8%, en la consulta popular sobre “juicio a expresidentes”
En abril de 2022 en la consulta de revocación de mandato participaron 16.5 millones de votantes, es decir apenas 17.77% o sea un abstencionismo de 82.2%.
En ambos ejercicios hubo amplia difusión a cargo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y de Morena.
Ahora está prohibido que los gobiernos difundan o intervengan en la elección judicial –lo que también estaba vedado en las consultas—pero además hay restricción expresa para impedir que los partidos interfieran en la elección judicial.
Pese a ello, expertos anticipan que el diseño del proceso, en el que los Comités de Evaluación de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial son los que al final deciden a los candidatos que irán a la boleta, hace que prácticamente sea Morena el gran elector de los comicios judiciales.
Esto porque son afines al partido guinda los designados en los Comités de los Poderes Legislativo y Judicial, y ellos definirán dos terceras partes de las postulaciones por las que se votará; por tanto, en los hechos sí habrá injerencia partidista.
Ahora, en la elección de junio, se sumará a la ecuación el desconocimiento sobre quienes serán miles de los candidatos, mínimo 5,000 para la elección judicial federal, lo abonará en abstencionismo, según la consultora Integralia, especializada en temas electorales y riesgo político.
“Será una elección sin certeza, con poca participación, con poco pueblo. Elección con poco pueblo, porque va a haber pocas casillas, porque la gente no va a saber qué se está eligiendo, porque va a haber poca promoción del voto”, anticipó el director de Integralia y experto electoral Luis Carlos Ugalde, en entrevista para Radio Fórmula el 21 de diciembre.
Podría acudir a las urnas “menos de 10% y no va a ser voto informado”, según el exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE).
En todo el país, para elegir nueve ministros habrá, se estima, de 81 a 92 candidatos. Para elegir cinco integrantes del TDJ habría 45 abanderados. Para un magistrado de la Sala Superior del TEPJF y tres de la Sala Regional habrá unos 40 candidatos.
Si, como todo apunta, en la capital el país se concreta la elección de cargos del Poder Judicial local, podría haber otras cuatro boletas, o sea diez en total, en el mejor escenario.
Para jueces y magistrados en la ciudad de México habría otros 30 candidatos. Así, para un elector de la capital implicaría conocer cuando menos a las 20 personas candidatas que apoyará, e informarse sobre los 200 candidatos de entre los cuales discernirá sus votos.
“Siendo francos. ¿Quién va a saber más de tres o cuatro nombres?. Por lo tanto, va a ser de-tin-marín, de tin-marín. Y como la mayoría (de las personas) van a ser movilizadas por partidos, por gobernadores, mucha gente va a llegar con un papelito donde va a decir por quién hay que votar para cada cargo” previó Ugalde.
“El reto será imposible de cumplir: alta votación con voto informado. Va a ser menos de 10% la participación y no va a ser voto informado”, anticipó.
Ese panorama se antoja optimista pues podría ser peor: el problema de recorte presupuestal, austeridad, abstencionismo y acarreo, puede replicarse en las elecciones judiciales de las entidades del país.
Por ejemplo, para seguir con el caso de la capital, de 990 millones de pesos solicitados por el Instituto Electoral de la capital (IECDMX) para la elección de cargos judiciales locales, el Congreso de la ciudad aplicó un recorte y cuando menos le redujo 300 millones de pesos.
Los consejeros locales deberán recortar programas y realizar ajustes para sacar adelante la elección judicial local.
Con el añadido que no serán, al parecer, sólo cuatro boletas extra: el consejero del IECDMX, Ernesto Ramos, declaró en entrevista que deberán elegir al menos 25% de los jueces y 40% de los magistrados, o sea que no sólo serán cuatro en total.
Además reveló que Talleres Gráficos de México, con el que el Instituto tiene firmado un acuerdo, ya les reportó que no tiene papel seguridad para la elección local.
“No hay cantidad suficiente en este momento de papel seguridad para poder hacer la impresión de las boletas” por lo que el IECDMX deberá decidir qué hacer, si usa otro papel con menos medidas de seguridad, o recurre a otro proveedor.
Se agrega que “los cómputos van a ser muy complejos” y por eso el INE está considerando no hacer PREP por lo que tendrá que innovar los métodos para contar votos y lo mismo ocurrirá en la ciudad, declaró la consejera local Patricia Avendaño.