Las candidaturas serán por orden alfabético (primer apellido) y estarán divididas por género: del lado izquierdo mujeres y del lado derecho hombres.
Además se podrá identificar si las propone el Poder Ejecutivo, el Legislativo o el Judicial.
Todas las personas candidatas estarán identificadas con un número, de modo que el ciudadano sólo deberá anotar en un recuadro el número correspondiente a la persona por la que desea votar.
Se acordó preliminarmente –ya que el Consejo General aún puede aprobar cambios– que para ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se usará una boleta tamaño carta.
En cambio, serán tamaño media carta para elegir magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial, así como para la Sala Superior y salas regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Para magistrados y magistradas de circuito y jueces de distrito se tendrán boletas de ambos tamaños, carta y media carta, según el número de candidaturas.
Serán tamaño carta para más de 64 candidaturas y media carta para el caso de que haya menos o hasta 64 candidaturas.
Sin embargo, si las candidaturas de uno de los sexos supera más de 32 nombres la boleta se escalará a tamaño carta.
El INE estira al máximo su cobija presupuestal
El organismo electoral, que organizará la elección de cargos judiciales con 52% menos recursos de los que proyectó como necesarios para el proceso, mandará a imprimir 600 millones de boletas electorales en 75 días (un promedio de ocho millones diarios).
Por eso, la decisión sobre los dos tamaños de boletas tiene como razones principales abatir costos y tiempos de producción: la boleta tamaña media carta es 60% más barata y reducirá el tiempo de impresión entre 44 y 48%; además, se abaratará su traslado al requerir menos vehículos.
Dado que el organismo aún planea sobre la marcha, sólo acordará que las boletas tendrán “medidas de seguridad, a fin de dificultar su falsificación y garantizar la emisión del voto”, pero aún no ha definido cuántas ni cuáles.
La producción comenzará apenas el Senado entregue las listas de candidaturas, el 12 de febrero, y no deberán contar con errores pues retrasaría y encarecería la producción, que deberá estar completada para la distribución entre el 15 y 16 de mayo
Dado que la papelería electoral es un asunto de seguridad nacional, según la ley, el trabajo será realizado por Talleres Gráficos de México, única con capacidad instalada y para trabajar día y noche; habrá supervisión del INE y resguardo de la Defensa Nacional (Sedena).
Esa empresa del Estado, se acordó, contratará personal adicional y comprará nuevo equipo para hacer frente a la tarea.
Sin embargo, quedó pendiente de definir qué pasará si es necesario hacer modificaciones al diseño de las boletas, caso para el que el consejero Ucc Kib Espadas pidió prever que eso fuera posible hasta 15 días antes del inicio de la impresión en el calendario de producción de papeletas.
El consejero presidente de esa Comisión, Jorge Montaño, externó su preocupación de que un eventual cambio pueda variar el costo calculado para le elección.
“Si hay un cambio de diseño cambian los materiales con los cuales se va a capacitar; sí hay un impacto”, expuso por su parte la consejera Norma de la Cruz.
“Cualquier cambio de diseño tiene un impacto en los materiales y en la capacitación para los capacitadores electorales y supervisores electorales, así como para los observadores electorales”, alertó también la encargada de despacho de la Dirección de Capacitación y Educación Cívica, María Elena Cornejo.