Es decir, el presidente no solo estará haciendo campaña activa en favor de su candidato presidencial (así, en masculino, porque se puede anticipar más que vendrá del Palacio de Cobián), sino que hará todo por impulsar también el voto por la 4T para diputaciones federales y senadurías.
La mañanera ha sido el podio por excelencia del presidente para anunciar con claridad sus intenciones, sus estrategias y sus prioridades. Algo que, al parecer, ni oposición, ni medios ni contrapesos, ni sociedad hemos sabido entender.
En sus conferencias buscamos respuestas a cuestionamientos sobre su gobierno, explicaciones a sus políticas públicas, errores que se puedan aprovechar. Mientras él, lo usa como megáfono electorero hacia su base, y hacia quien sea capaz de entender un poco su visión. Por eso llevamos cuatro años desperdiciados.
En esta ocasión, la decisión de la Corte el día anterior de declarar inconstitucional la reforma que radicaba a la Guardia Nacional en la Sedena, y de regresarla a la SSPC, detonó la reacción premeditada del presidente, incluso con un discurso propio leído, a diferencia de su aparente improvisación diaria.
La de la Guardia Nacional, como la del INE y la eléctrica, es una reforma que el presidente usó como estrategia electoral desde un principio. Sabía que era difícil materializarlas en el Legislativo, y más aún que pasaran la prueba de constitucionalidad en la Corte. Pero eso era lo de menos, para él fueron, son y serán, herramientas de comunicación política con su base de votantes.
Ni la oposición, ni los contrapesos, ni los críticos al gobierno lo han sabido entender; mucho menos han tenido la capacidad de prepararse para hacer frente con una estrategia propia. Se han perdido en las trampas que hábilmente ha puesto el Jefe del Estado, y en sus divisiones internas.
Así, el presidente explotó la decisión de la Corte para anunciar que trabajará firmemente en retener la Presidencia para asegurar su “transformación”; y para ganar una mayoría calificada que le permita sacar la reforma de la Guardia como última acción de su gobierno antes del 1 de octubre de 2024.
El objetivo aparente sería consolidar su Guardia Nacional, en el formato que él siempre ha querido. El objetivo de fondo para los más entendidos, retener el poder y control amplio de los destinos del país.