Eso ha estorbado al actual gobierno, y al menos a los dos anteriores, para llevar a cabo muchos de sus caprichos, y prejuicios.
Son las instituciones que durante décadas se fueron construyendo y sofisticando las que en distintos ámbitos de la vida nacional han permitido generar un país estable en las esferas económica, electoral, política y social.
Hay instituciones que incluso se han vuelto referentes mundiales en sus campos de acción, y que han cambiado poco a poco la imagen de México en el mundo.
Instituciones como el Banco de México (Banxico), que es una de las bancas centrales de mayor prestigio y reconocimiento a nivel internacional. Que logró su autonomía plena en 1994, y tiene una larga tradición de décadas de formación de cuadros especializados.
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece, antes Cofeco), que desde principios de los 90 ha contribuido enormemente a modernizar un país antes cerrado a los mercados y plagado de monopolios; y que logró su autonomía hace ya 10 años.
El Instituto Nacional de Estadística (Inegi), que lleva ya 40 años de ser la institución que mide a México, y un referente internacional de capacidad y solidez técnicas. Gracias al Inegi conocemos a mayor detalle la realidad económica y social del país a través de sus estudios y encuestas.
Por supuesto la UNAM, resultado y testigo de grandes luchas sociales, que por décadas ha sido considerada la mejor universidad de América Latina y de las mejores universidades públicas del mundo. Dando educación superior gratuita, y consolidándose como un centro toral de la investigación en el país.
Por supuesto el ahora INE, antes IFE, que desde su creación a principios de los años 90 se ha consolidado como una de las instituciones electorales más prestigiadas del planeta, cambiando completamente la cara a las elecciones en México, logrando blindarse de fraudes los días de la elección.