En nuestro país, la izquierda se fue desdibujando conforme actores y partidos, supuestamente de izquierda, fueron alcanzando posiciones de poder. Así, se fueron difuminando no solo los principios y valores, sino también los liderazgos de esta corriente.
Por su conformación histórica, el PRI aglutinó por mucho tiempo a los personajes políticos que más cercanos han estado a posiciones progresistas y liberales, y a agendas de derechos y libertades. Incluso, los pocos presidentes que han impulsados estas causas han sido del PRI, como Cárdenas.
Sin embargo, conforme el sistema hegemónico se fue resquebrajando, el PRI vio la salida de muchos de estos actores a lo largo de un periodo no tan corto de tiempo. Particularmente, a partir de los años 60, con el endurecimiento del régimen, comenzó la salida.
Adicionalmente, al margen del sistema, siempre hubo grupos y corrientes que, muchas veces de manera clandestina, promovieron los preceptos y postulados de la izquierda. Muchos acompañados de actores culturales que, por un lado, encaraban al régimen y por el otro convivían con él.
Después del 68, y durante los años 70, el sistema se vio amenazado ante un fenómeno social que no solo pasaba en México, sino que tuvo importantes manifestaciones internacionales como Praga y París. Ante ello, se optó por la mano dura y la represión.
Como respuesta a la insensibilidad gubernamental, surgieron movimientos radicales y violentos que, hábilmente, fueron oprimidos. Sin embargo, la izquierda en general sufrió un gran debilitamiento.