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Todo al revés

Vamos de mal en peor. Es evidente que el estado de derecho y la seguridad jurídica se van extinguiendo día con día.
jue 17 abril 2025 07:03 AM
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Bajo la premisa de que se defiende al pueblo americano, el Sr. Trump se ha dedicado a derribar cualquier rastro de controles gubernamentales, respeto a tratados, e incluso deferencia a jueces, apunta Juan Francisco Torres Landa.

Vaya momentos los que estamos viviendo. Todas las reglas que se habían escrito prácticamente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, hoy se están colapsando. La idea de que la globalización siguiera generando una mayor interacción entre la mayoría de las naciones con un comercio exterior intenso ha sido en gran parte abandonada. Lo que el Sr. Trump está haciendo es descomunal. Está destruyendo las bases de confianza y el respeto a los tratados y acuerdos políticos y comerciales. Nada bueno puede salir de esta embestida al orden internacional. Pero está sucediendo.

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Vaya momentos los que estamos viviendo. Todas las reglas que se habían escrito prácticamente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, hoy se están colapsando. La idea de que la globalización siguiera generando una mayor interacción entre la mayoría de las naciones con un comercio exterior intenso ha sido en gran parte abandonada. Lo que el Sr. Trump está haciendo es descomunal. Está destruyendo las bases de confianza y el respeto a los tratados y acuerdos políticos y comerciales. Nada bueno puede salir de esta embestida al orden internacional. Pero está sucediendo.

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Ahora toca analizar más de fondo el por qué estamos viviendo estos momentos y hacia dónde nos dirigimos. El populismo sigue reglas comunes en cuanto a generar encono, buscar polarizar, crear problemas donde no los hay, ocultar los verdaderos temas de preocupación, mentir en forma sistemática, hacer enemigos a cualquier tipo de disidentes, y siempre tener otros datos para revertir críticas técnicas o científicas. Es lo mismo que hicieron las dictaduras fascistas de la primera mitad del siglo XX. Esta dinámica la hemos vivido durante los últimos 7 años en México y sabemos lo nocivo que es. En forma increíble estamos viendo que ahora es en los Estados Unidos que este nocivo proceder tiene vigencia e impulso.

La diferencia fundamental es que, aunque nos duela, no es lo mismo destruir a México que lesionar al mundo. Pero hoy en día el populismo es la fuente de todos los males que nos aquejan. Y lo es porque en lugar de que se tomen decisiones en base a datos duros, investigación científica, discusiones entre expertos, y evaluación de opciones viables, lo único que cuenta es el capricho y el abuso para seguir nutriendo la narrativa y demagogia. Lo que está pasando con Trump es lo que hizo López Obrador (y lo continúa Sheinbaum). Siguen los mismos patrones pues en el fondo son hermanos gemelos. El mal ejemplo cunde. La experiencia del pasado se olvida pronto y los mismos engaños se repiten. Vaya absurdo.

Las instituciones mundiales están a prueba. Y es que se fundaron a mediados del siglo pasado bajo la premisa de que operarían siempre conforme a la buena fe colectiva. Sin embargo, ahora estamos con la gran disyuntiva de que se ataca el estado de derecho, el multilateralismo y el respeto contractual. Bajo la premisa de que se defiende al pueblo americano, el Sr. Trump se ha dedicado a derribar cualquier rastro de controles gubernamentales, respeto a tratados, e incluso deferencia a jueces. Una situación impensable hasta hace un par de meses en un país como Estados Unidos que se jactaba de ser el paradigma de una democracia funcional y con plena división de poderes. Eso ya no es así, cambió en un par de semanas, y no parece detenerse a pesar de los riesgos evidentes. Hoy se ve el derrumbe de los controles constitucionales, tal y como ha venido sucediendo en México desde finales de 2018.

En el contexto local lo que nos pasa es que frente al alud de problemas que genera Estados Unidos, en México la encrucijada es real y absoluta. Y ante la disyuntiva de corregir el camino para evitar el derrumbe, la respuesta es que haya continuidad en el segundo piso de la debacle. A pesar de que se diga que se quiere generar certidumbre, el gobierno en turno está empecinado en seguir destruyendo instituciones y claridad de rumbo. En esa coyuntura es donde entra el proceso de la reforma judicial y todo lo que esto trae aparejado. Por ello no podemos dejar de insistir en que lo que se propone es que la determinación de nuevos juzgadores no sea un acto meritorio, sino el capricho de reemplazar a quienes osaron parar los excesos de López Obrador.

El proceso ha sido muy socio y opaco. Con dignas excepciones, el cúmulo de personas que figuran con candidaturas para el proceso judicial son una mezcla de sinvergüenzas, cínicos, absurdos y otros más (Tito García Onofre dixit). El legado de los gobiernos de Morena es dramático porque impacta la división de poderes y la normalidad democrática en México. Esto es real y visible. La incineración duele.

Estamos locos en permitir estos abusos. Vamos de mal en peor. Es evidente que el estado de derecho y la seguridad jurídica se van extinguiendo día con día. No hay ya ni el más mínimo respeto, y de paso ahora no habrá jueces que defiendan nada que no sea lo "popular". Si para eso querían llegar al poder merecen salir del mismo lo más pronto posible. Han propiciado una estela de daños irreversibles en el corto y mediano plazo.

Nos espera un largo proceso de reconstrucción de una nación con viabilidad, orden y progreso. Siempre vigilando que los rezagos sociales se abatan y que la movilidad sea real, y no las simulaciones y corrupción aberrante hoy vigente. Pues como diría el clásico "estábamos mejor, cuando estábamos peor." Las transferencias de dinero sin promover mejoras reales son entregas de recursos que no promueven el cambio sino la dependencia y la consecución de un botín electoral sin real intención de hacer el bien.

La realidad es que estamos en la antesala de una situación de grandes repercusiones. Hoy ya no es ocultable el enorme problema que se tiene con un país devastado en sus más sensibles temas de inseguridad, injusticia, impunidad, inmovilidad, e inequidad. Nunca se había estado tan mal con una bomba de tiempo tan evidente. El golpe de estado de Morena ha sido letal. Tomaron el Ejecutivo, hurtaron la mayoría calificada en el Congreso Federal, y ahora se preparan para el último asalto al Poder Judicial. Las consecuencias de estos pasos se sentirán por décadas por venir. Los efectos no serán evidentes en forma inmediata, pero serán devastadores porque ya no habrá defensa de derechos sino juzgadores que tendrán como misión una de índole ideológica y de avalar lo que sea “popular”. Una tragedia para una nación que hasta hace poco caminaba hacia una democracia funcional. Las personas perderemos la posibilidad de defendernos ante actos autoritarios. Algo propio de regímenes tiránicos.

Nada de lo que se ha hecho en estos años de morenismo ha fortalecido los derechos de los ciudadanos para vivir en un mejor país. El retroceso hacia un autoritarismo excesivo y potencialmente a una tiranía es evidente y muy preocupante. La defensa de ese impulso destructivo y autocrático implica una complicidad indefendible. No se vale utilizar la demagogia para defender lo indefendible. Quedan ya pocos espacios de libertad de prensa. A cerrar filas en serio antes de que no haya vía de regreso. Porque hoy de momento estamos con todo al revés.

P.D.1. Los mercados internacionales siguen muy volátiles y castigando las decisiones iracundas del Sr. Trump. La pérdida de valor fue de tal dimensión que incluso el Sr. Trump tuvo que dar una prórroga de 90 días de los aranceles recíprocos ante todo el daño que se acumuló en un par de días. Los excesos no son tolerados por los que controlan los grandes capitales mundiales.

P.D.2. El problema del AICM sigue siendo una pesadilla. Ahora resulta que se le va a invertir para tratar de mejorar en algo su operación. Lo que son incapaces de admitir es que no se pueden crecer el número de operaciones ni con el AIFA porque están en la misma zona de rutas. Invertir más dinero en lo que no sirve. Tarde que temprano privará el sentido común y se rescatará la verdadera solución que es el aeropuerto de Texcoco.

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P.D.3. El Gobernador de Puebla nos ha dado una muestra palpable de lo nocivo que resulta tener a alguien que piensa que tiene poder absoluto y ningún contrapeso. Su extorsión pública para que una empresa done terrenos o se le expropien el doble, es una muestra de lo que pretenden ocurra cuando ya no haya jueces que defiendan nuestros derechos. Cuidado ante lo que eso significa.

P.D.4. Otra secuela adicional de preocupación es el desastre en el tema de salud. No contentos con destruir el Seguro Popular, desaparecer el Insabi, abandonar la Mega Farmacia, y no poder organizar en 7 años la compra de medicinas, ahora dicen que van a utilizar a Birmex para fabricar medicinas. La irresponsabilidad es supina. Mientras tanto los millones de enfermos que no tienen acceso a medicinas sigue creciendo y agravándose.

P.D.5. Aunque el gobierno federal está empecinado en que se deje de hablar del tema, nosotros no vamos a quitar el dedo del renglón. Teuchitlán es la punta del iceberg de un problema extraordinario en que el crimen organizado ha propiciado la desaparición de miles de personas y que refleja el enorme problema al haberles permitido tanta libertad de hacer sus negocios con tal de que se portaran bien en los procesos electorales (abrazos, no balazos). Una locura como se le vea. No vamos a dejar de señalarlo por mínimo respeto a tantas y tantas víctimas, incluyendo las admirables y tenaces madres buscadoras.

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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es miembro del Consejo Directivo de UNE México y de la red de Unid@s. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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