Se juntaron alrededor de una misma mesa las y los jefes de Estado de los 33 países de la región, ¿para qué? Nadie lo sabe. La versión del Canciller Marcelo Ebrard es que esta reunión "llenan de aliento y esperanza" a la región.
Aunque nadie sepa para qué sirvió, se debe reconocer el poder de convocatoria que tuvo el Gobierno Mexicano, y la Cancillería en particular, para reunir a los mandatarios de la región, a pesar de la notable ausencia del argentino Alberto Fernández.
Si a caso, lo más destacable es la aprobación del plan de autosuficiencia sanitaria presentado por la CEPAL y la ONU, con el objetivo de disminuir la dependencia de medicinas de la región.
El plan contempla siete líneas de acción, entre ellas, la plataforma regional de ensayos clínicos, consorcios para desarrollo y producción de vacunas, un mecanismo regional de compra de vacunas y flexibilidades para acceder a propiedad intelectual.
El creciente endeudamiento, sumado a la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, pone en alerta a la región, y se elevan las voces sobre la necesidad imperiosa de acuerdos regionales para enfrentar los desafíos.
En este complejo escenario, la región ha atestiguado el declive y debilitamiento de varios intentos de integración regional, mientras se creaban otros. En poco tiempo, el TLCAN se modificó en Norteamérica para convertirse en TMEC, en medio de declaraciones y máxima tensión entre la administración Trump y México.