No, esto no se trata de atacar al partido Morena o a sus seguidores. No se trata tampoco de una diatriba contra la 4T, no tiene nada que ver con las políticas del presidente López Obrador.
Tiene que ver y mucho, sobre una afrenta que tiene el país entero y que se propaga desde el norte de la República, desde uno de los estados que fuera el más democrático, desde donde la oposición lograra la primera gubernatura no priista.
Se trata de un ataque serio y desmedido contra la raquítica democracia mexicana. De hambre de poder y atropello a las leyes a través de la arrogancia y el desprecio a la voluntad ciudadana. A todo esto le han llamado: “La Ley Bonilla”. Acerca de un gobernador electo, que a través de la transa busca quedarse en el poder cinco años.