Una imagen dice más...
¿Cómo fue tomar la foto en el Hunan y qué pasó en ese momento?
Le tomé la foto, le tomé cuatro fotos y, al final, cuando él grita ‘camarero’, es que yo le digo: ‘no estás arraigado, traes brazalete’, que es (la razón) de por qué no se había presentado en la confesional de mi demanda. Entonces, acto seguido me di la vuelta y me salí; sí, temblando; sí, con mucho miedo de que llegaran los guaruras de Doris Beckmann a quitarme el celular. Inmediatamente, me puse en contacto con mis abogados… Increíblemente, de ese enojo que tenía, pasé inmediatamente, o casi inmediatamente, a una sorpresa nunca antes vista: cuando logro subir el tweet con las fotos… me entero que en redes sociales la 4T sale a negar la foto, a decir que era una foto antigua.
¿Cuándo te diste cuenta de las repercusiones de la foto?
Fue hasta el día siguiente, hasta el domingo, que me doy cuenta de lo que está sucediendo, de la bomba en lo que se había convertido el tema de Lozoya y de la foto y de cómo yo era tema de escarnio. Ahí empecé a sentir nuevamente miedo, pero era un miedo que tenía en el subconsciente: '¿Qué va a pasar el lunes? ¿cómo me van a presentar el lunes en la mañanera?, ¿voy a salir como una delincuente que ataca al niño héroe?, ¿qué va a suceder?'. No sabes qué momentos de angustia y de ansiedad, de no poder dormir, de que te cueste respirar porque no sabes a qué te vas a enfrentar.
¿Tu fotografía reactivó el proceso en contra de Lozoya?
Sí, sin lugar a dudas y no nada más lo puedo pensar yo. La Fiscalía, la Unidad de Inteligencia Financiera y Petróleos Mexicanos piden, por la foto, que se le cambie la medida cautelar y ahora sí se quede en prisión preventiva justificada.
¿Qué pensaste cuando las autoridades retomaron el caso tras la foto?
El lunes que el presidente dice ‘si bien no fue ilegal, sí fue inmoral’, ahí me descansó el alma, sin lugar a dudas. Y ahí dicen que se va hasta el 3 de noviembre la siguiente audiencia para que presente pruebas. Cada vez que le amplían el plazo de entregar pruebas, Javier Coello, su primer abogado, dijo claramente: ‘No tiene prueba alguna, yo por eso dejé de ser su abogado’. Y después de escuchar las grabaciones entre el Fiscal y su papá entendemos que no y por eso está en la cárcel, porque no tiene una sola prueba.
¿Es posible que cambien la narrativa para destrabar el proceso contra Lozoya?
No se pueden cambiar de narrativa, porque (Lozoya) ya hizo la denuncia; con la denuncia le abriste carpetas de investigación a (Carlos Alberto) Treviño y a Jorge Luis Lavalle... Lo que hizo Emilio Lozoya Austin, junto con su papá, fue venderle espejitos a la Fiscalía, que la Fiscalía le compró, al igual que la 4T y ahora ya no saben cómo salir de este embrollo.