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#ColumnaInvitada | Y ahora lo que sigue

Las manifestaciones del 13 de noviembre y del 26 de febrero pasados son apenas parte de un proceso mucho más complejo y profundo si de impactar el presente y futuro del país se trata.
mié 15 marzo 2023 06:00 AM
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Es importante vigilar el proceso de renovación de los cuatro consejeros salientes en abril. La composición de dicho grupo es crucial para que en el seno del INE no se dé una cooptación del árbitro por la vía de sus principales servidores, apunta Juan Francisco Torres Landa.

Es claro que a muchas personas les gustaría ya tener frente a sí una bola de cristal que permita con sencillez predecir el futuro, no tener que trabajar para ello, y simplemente aguardar el paso del tiempo para ver cómo se llega al tiempo previsto. Una especie de destino manifiesto en el que la inercia sea suficientemente poderosa para no tener que esforzarse demasiado al momento de llegar al otro lado del río y así solamente estar en espera del arribo del futuro.

Sin embargo, la realidad no es así, nunca lo fue, nunca lo será. Sin esfuerzo diario y cotidiano no hay resultados. Pero sobre todo reconocer que hay un requisito indispensable que es el componente ciudadano que le genera un sello específico a todo lo que en lo sucesivo acontezca en el país. Viene una nueva era en la que sin duda con articulación con los partidos políticos, pero con preeminencia de lo que la población determine como prioritario.

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Así es que debemos abrir los ojos a una realidad muy distinta. Y lo es porque a pesar de que hemos tenido dos movilizaciones populares muy exitosas el 13 de noviembre y el 26 de febrero próximos pasados, también lo es que dichas concentraciones son apenas parte de un proceso mucho más complejo y profundo si de impactar el presente y futuro del país se trata.

Y es que el solo hecho de que en el país nos esté gobernando un equipo de perfectos incompetentes no es suficiente para garantizar que en el futuro cercano y mediato el electorado logre por convicción propia y sin esfuerzo alguno llegar a la conclusión de que el gobierno debe cambiar y que la ausencia de resultados es suficiente para un despertar democrático profundo que elimine la posibilidad de un refrendo a quienes no merecen la oportunidad de continuar destruyendo la nación. Y si no me creen volteen a ver lo que ha pasado en países como Venezuela, Cuba, Argentina, El Salvador, Turquía e incluso hasta hace poco los Estados Unidos en que la apatía y desinterés ha destruido naciones enteras.

El problema es mucho más complejo y profundo, entre otras cosas, porque lo malo que tienen para gobernar lo tienen bueno para engañar, simular, confundir, distraer, y en general generar una retórica popular muy eficaz y perversa. Por eso en el desenmascarar esa fachada de aparente buena fe y buenos deseos radica el que en el futuro cercano se les pueda derrotar en las urnas y lograr una nueva alternancia en forma pacífica. Para ello hay varias etapas que son necesarias y se deben agotar con cuidado y esmero. Las hemos referido en anteriores entregas, pero como ya estamos más cerca de que se requieran implementar, cabe la necesidad de explicarlas y dimensionarlas cada vez más. Y en cada caso entender por qué es tan importante el componente ciudadano/pueblo de actuación e involucramiento.

En el momento actual requerimos dar un impulso definitivo a la defensa constitucional para que el Plan B (aprobado miserablemente por la mayoría sumisa de Morena y satélites en el Congreso federal) quede expulsado de nuestro sistema legal como resultado de las resoluciones que al efecto dicte la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

A prueba están nuestras instituciones y afortunadamente tenemos a 11 ministros que van a cumplir con su misión histórica de echar abajo el ataque descomunal que suponen las seis leyes integrantes del Plan B. Y aquí el componente ciudadano es, además de la vigilancia de actividades por parte de los jueces, la firma de un escrito de Amicus Curiae (amigos de la Corte) que significa el apoyo masivo para que el máximo tribunal haga su trabajo y misión histórica. Así es que todos a participar y firmar dicho documento en forma física o digital.

Igualmente importante es el vigilar y monitorear el proceso de renovación de los cuatro Consejeros salientes a principios del mes de abril. La composición de dicho grupo es crucial para que en el seno del INE no se dé una cooptación del árbitro por la vía de sus principales servidores, en particular en lo que toca a su Presidencia y un número muy relevante de integrantes del Consejo.

Al parecer quieren introducir en la mezcla a incondicionales de Palacio Nacional, como otra forma de cargar los dados para los procesos electorales por venir. No conocen límites a sus aspiraciones de permanencia y por ello no se van a detener ante nada para quedarse a la buena o la mala. Por eso la ciudadanía tiene que exigir transparencia al Comité Ejecutivo a cargo del proceso de selección de reemplazos.

Viene también un proceso muy relevante como es la presentación del Programa para un México mejor, algo que sucederá a finales de este mes de marzo como parte de un esfuerzo de estudio por muchos ciudadanos, expertos, académicos y otros que se fijaron desde hace más de dos años la meta de preparar un diagnóstico, propuesta de cambios, acciones a realizar, y dimensión humana e individual de cada tema de relevancia para un cambio real en el país en beneficio de los grandes sectores sociales que tradicionalmente no han visto la resolución de sus inequidades y problemas.

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Se trata del primer esfuerzo real por presentar como se pueden hacer las cosas con una visión constructiva, amplia, plural y de gran aspiración trans-sexenal. La ciudadanía como rectora del destino nacional con exigencia para que los partidos políticos y sus candidatos se comprometan con las mejores causas del país y con planes concretos de ejecución. Ahora nos toca validar, opinar y exigir que el programa se cumpla por todos. Nuevamente el pueblo a la vanguardia y con gran visibilidad en la toma de decisiones.

Tenemos también el proceso de la selección de una candidatura única presidencial. Estamos en la antesala de una elección de Estado. El gobierno en turno quiere destruir la normalidad democrática y erradicar la posibilidad de una alternancia pacífica. Y por ello es tan importante determinar las reglas que apliquen para que todos los grupos políticos de oposición converjan, se logre un proceso de asimilación de las distintas alternativas de personas y que así se legitime la mejor opción entre las alternativas que se presenten considerando figuras ya conocidas y otras por conocer, pero con la constante de que sean resultado de un proceso de contrastes, deliberaciones y eventualmente la selección de la persona que reúna el más amplio apoyo, afinidad y reconocimiento popular para encabezar la fórmula de defensa democrática y victoria electoral.

De esta manera se tendrá un ejercicio en que todos los partidos políticos participantes (PAN, PRI, PRD y MC) van a tener un beneficio amplio de participar en equipo y en la misma fórmula, evitando un juego de suma cero y propiciando un entendimiento, incluso para tener que cristalizar el acuerdo de un gobierno de coalición y un gabinete designado de antemano y visible para todo el electorado con la pluralidad, competencia y compromiso necesario para que el programa de gobierno se convierta en un proceso real y de ejecución plena.

Desembocará así todo en un esfuerzo amplio ciudadano popular y de interacción con los partidos políticos para concretar la máxima unidad total en el proceso electoral de 2024. Así es que vienen muchos temas de gran relevancia. El común denominador es que el pueblo es el gran articulador de todos estos pasos y secuencia. Por ello cuando se nos pregunta qué es lo que sigue, lo que hay que entender es que todo ocurrirá como resultado de nuestra actividad diaria colectiva. Nos toca actuar en forma permanente y comprometida. Nunca más pasivos o desinteresados.

Es nuestro momento por el país y nuestras familias. Vamos a definir el futuro de la nación con lo que hagamos cada día. El compromiso es real y permanente. La opción pasiva es destructora y no cabe. Que no se nos olvide jamás.

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Notas del editor:

Juan Francisco Torres Landa es miembro del Consejo Directivo de UNE México.

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