Ambos son parte activa de la emergente historia democrática de nuestro país. Una relación de amor y odio los ha caracterizado por muchos años.
Tenemos que viajar a los años 90, cuando Cárdenas fue elegido el primer Jefe de Gobierno en la historia de la capital del país. López Obrador tomaría la responsabilidad de dirigir al Partido de la Revolución Democrática (PRD), invitado por el mismo ingeniero Cárdenas.
El año 2000 significó una derrota inmensa para el PRI, cuando Vicente Fox triunfó en las elecciones. Las primeras que ganaba la oposición. De cierta manera, Cuauhtémoc Cárdenas saludó con agrado que el PRI cayera luego de más de 70 años en el poder.
En una entrevista que ofreció Fox, para un espacio de YouTube, relató que tuvo comunicación con Cárdenas durante la misma campaña política, incluso pudo haber cedido sus votos al PRD: “Parecía que (Francisco) Labastida (PRI) llegaría, pero ese caballo se fue quedando atrás, entonces iniciamos pláticas con Cuauhtémoc para ver quién de los dos cedía y formábamos una sola candidatura en cualquiera de los dos”, indicó en el programa del presentador Yordi Rosado.
En ese mismo 2000, AMLO asumía como Jefe de Gobierno y su popularidad crecería de forma acelerada, dejando atrás a Cárdenas y gracias a la controversia del intento de desafuero por parte del presidente Fox, para dejarlo fuera de la contienda del 2006, amarraría la candidatura del PRD, perdiendo ante Felipe Calderón en las elecciones más cuestionadas desde 1988.
El fracaso de López Obrador por llegar a la presidencia también se convertiría en un fuerte rompimiento con Cuauhtémoc Cárdenas, pues no apoyó al tabasqueño en manifestaciones públicas y bloqueos. Cuando el ingeniero era confrontado por su evidente ausencia a las marchas, solía decir: “Yo no voy a actos electorales, solo a los míos”.
Finalmente, Cárdenas renunció al PRD en 2014, cuatro años antes de que López Obrador ganara la presidencia para el partido Morena. Uno de los momentos más emblemáticos fue cuando el mismo Obrador, siendo presidente electo, desde el templete en el Zócalo de la Ciudad de México, levantó vivas para el padre de Cárdenas y al mismo político de izquierda: "Que vivan el general Lázaro Cárdenas del Río y que viva el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas", arengaba frente a cientos de miles de seguidores.