El juicio del exfuncionario se ha convertido, en pocos días, en el mayor generador de notas, por los interesantes relatos que han sido dados a conocer.
García Luna fue el creador de la “guerra contra el narcotráfico”, lo cual le hizo ser considerado uno de los hombres más poderosos de México. Nunca ocultó su intención de sobrepasar los asuntos de seguridad para catapultarse a la política e, incluso, en los pasillos de Los Pinos se hablaba que buscaba reemplazar a su jefe Felipe Calderón en la Presidencia de la República, abanderado por su partido, el PAN.
Desde su juicio público, en Nueva York, se presentarán diariamente las pruebas que tiene en sus manos la fiscalía para condenar al mexicano.
Estados Unidos asegura tener un millón 200,000 páginas de documentos, 7,000 grabaciones; relatos de decenas de testigos que pertenecieron a distintos grupos delincuenciales que lo señalan como operador y beneficiario directo del negocio del narcotráfico.
Quien tiene la responsabilidad en sus manos, de la vida de García Luna, es un juez conocido por los capos de la mafia; su nombre es Brian Cogan, quien presidió el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Cogan es conocido por su “mano dura” contra reconocidos maleantes que han pasado por su corte federal.
En esta ocasión, tendrá que valorar las miles de pruebas contra el exfuncionario mexicano más connotado de la historia en ser llevado a juicio, por delitos tan graves como lo son la conspiración internacional para distribuir cocaína; conspiración para distribuir y poseer premeditadamente cocaína, y de conspiración para importar cocaína.
Aunque es demasiado joven el juicio, desde muy temprano la fiscalía explicó que a García Luna lo seguían e investigaban incluso antes de su alta función en el sexenio del 2016 al 2012.
De ser hallado culpable, podría pasar entre 10 años y toda su vida en la cárcel.
Ansiedad calderonista
El tormento de García Luna se ha convertido en una secuela del que llamaron “el juicio del siglo”, cuando ‘El Chapo’ Guzmán estuvo en el banquillo, para luego ser condenado con cadena perpetua.
La asfixiante narcocultura en la que vivimos ha hecho de este evento un verdadero espectáculo. Tiene los ingredientes perfectos para el hambre voraz por conocer qué fue lo que ocurrió exactamente en esa cruenta y confusa guerra contra el narco que terminó perdiendo Felipe Calderón.