Laureana Wright fue una mexicana impulsora de la igualdad entre mujeres y hombres durante la Revolución. Buscando hacer escuchar su voz y la de otras mexicanas, creó una revista llamada Violetas del Anáhuac, su objetivo fue motivar a otras mujeres a participar en la vida pública de nuestro país.
Pese a la importancia que tenía el ejercicio del voto de las mujeres, en aquel 3 de julio de 1955 se elegía a diputados federales para la 43 Legislatura, la verdadera democratización tardó muchos años más en llegar, ya que sería hasta 1979 cuando nuestro país tuviera a la primera gobernadora en Colima, Griselda Álvarez.
Sin embargo, como resultado de esa jornada electoral de 1955, cuatro nombres se sumaron a la lista de las mujeres diputadas: Margarita García Flores, Marcelina Galindo Arce, Guadalupe Urzúa Flores y Remedios Ezeta Uribe.
La reforma de 1953 para que las mujeres gozaran de una ciudadanía plena no fue una concesión, sino el resultado de una ardua lucha. El voto de las mujeres mexicanas significó el reconocimiento a la igualdad en la participación política y a partir de entonces ha continuado la lucha de las mujeres por sus derechos a participar en la toma de decisiones del país.
Actualmente sigue habiendo grandes rezagos en la materia. Durante el proceso electoral de 2021 en México, proceso electoral más grande en la historia reciente de México por el número de cargos a elegir, ha sido también el más violento contra las mujeres.
Según datos de la Observatoria Todas MX, en la que participan más de 150 organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos, de 35 asesinatos cometidos durante el proceso electoral, 21 fueron de mujeres. El caso más sonado fue el de Alma Rosa Barragán, candidata de Movimiento Ciudadano (MC) a la alcaldía de Moroleón, Guanajuato, asesinada el 25 de mayo de 2021 durante un acto de campaña.
A los asesinatos de mujeres candidatas a algún cargo de elección popular se suman otras expresiones de violencia de género, como lenguaje sexista, insultos, minimización o exclusión, discriminación por raza y género, amenazas y violencia física.
De acuerdo con Observatoria Todas MX estos tipos de violencia contra las candidatas fueron ejercidos, en su mayoría, por medios de comunicación, candidatos, partidos y hasta ciudadanos y ciudadanas mediante plataformas digitales o redes sociales.
Lastimosamente se evidenció el caso de Puebla, que ocupó el primer lugar en reportes por lenguaje sexista y uso inequitativo de tiempo en medios de comunicación y redes sociales.