Los logros obtenidos a través de estos años son dignos de orgullo nacional, toda vez que nos han colocado como referentes en el mundo, gracias a nuestro avanzado e innovador modelo jurídico institucional de transparencia, acceso a la información y protección de datos personales.
En lo que refiere a su diseño institucional, el INAI es reconocido por su nivel de sofisticación y amplias facultades, pues se le considera como un modelo bicéfalo, es decir, que vela por el derecho de acceso a la información y por la protección de datos personales de manera paralela.
Además, México también ha captado la atención del mundo por la innovación que significa el contar con un instituto de institutos, el Sistema Nacional de Transparencia, que es el ejemplo de federalismo institucional más desarrollo que ha creado el Estado mexicano.
Por ello el derecho a saber tiene un enorme potencial en nuestro país y representa una oportunidad de transformación social e individual, pues puede impactar en el desarrollo profesional, actividades empresariales, agendas de activismo social y problemáticas de la vida diaria.
Cabe destacar que el valor y usos sociales del derecho a saber también son una vía para aumentar la justicia social en nuestro país, lo que lo convierte en una herramienta de equidad para un entorno como el nuestro, donde la desigualdad es uno de los mayores retos que enfrentamos.
Esto es así porque el derecho a saber posee la cualidad de ser un derecho llave, es decir, que permite habilitar el goce de otros derechos o facilitar su exigencia, como la educación, la salud, o bien el suministro de servicios básicos.
En resumen, considero que existen cuatro hitos de la transparencia en México, y que han representado avances medulares, innovadores y con capacidad de trastocar, para bien, el sistema político mexicano.
Primer hito: el posicionamiento en la agenda pública. Hoy en día, hablar de transparencia es un hecho común, es lo mínimo esperado que debe ser reconocido en cualquier discurso público, sin importar la ideología política en cuestión, y forma parte indiscutible de la vida institucional de cualquier Estado democrático.
Segundo hito, el reconocimiento jurídico. El segundo gran logro de este trayecto fue en materia jurídica, hecho que se concreta en el año 2002 con la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. Es en este momento que el Estado mexicano crea las condiciones mínimas para garantizar el derecho a saber.
Es importante dar relevancia a este hito, pues ha habido una evolución que ha hecho del marco jurídico mexicano un ejemplo en el mundo. Esto se ha logró en gran medida gracias a la presión ciudadana y al tratamiento mediático que se fraguó en la discusión pública.