Como lo he venido diciendo en los últimos días, cuando él y Carolina Viggiano tomaron el mando, el partido gobernaba 12 entidades: Sonora, Sinaloa, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México, Colima, Oaxaca, Guerrero y Campeche; tras la elección del domingo, sólo gobernará tres. Y en dos hay elección el año que entra.
Por sí solo, el PRI pasó de gobernar a 44.3 millones de mexicanos a sólo 20.1 millones de mexicanos en dos estados: Coahuila y Estado de México. Porque Durango, el único estado que ha ganado desde su llegada, lo ganó en alianza con el PAN.
Además, aunque él insista en presumirlo como una gran recuperación, la presencia del partido en la Cámara de Diputados sigue siendo históricamente baja. Para ponerlo en perspectiva, en 2015 tenían 205 diputados, hoy, a pesar de la “gran operación política de Alito” tan solo 70.
Lo que sí logró es asegurar diputaciones para él y sus cuates, que hoy cobran en el CEN y en la Cámara de Diputados. Sin duda es un gran estrategia, ¡para él!
La derrota es personal
Y es que para Alito, el compadrazgo y el amiguismo son el pan de cada día. Pero parece que quiere poco a sus amigos, porque ni a ellos los ha ayudado a ganar.
Imagine, impuso a su sobrino, Christian Castro Bello de candidato en su tierra, Campeche, y perdió olímpicamente. Quedó en tercer lugar, debajo de MC. Y para las elecciones de este domingo repitió la fórmula. Impuso a la mala y sin consultar a la militancia a su compañera en el CEN, diputada y esposa de Rubén Moreira, Carolina Viggiano. ¡Así le fue!
¿Comprometido con la Alianza?
Moreno le ha hecho creer a todo el mundo que es el más comprometido con la Alianza “Va Por México”, pero la realidad es que no duda en negociar y hacer lo posible para reventarla cuando así le conviene.
En Quintana Roo negoció con su amigo, Jorge Emilio González, el Niño Verde y reventó la alianza para favorecer a Morena y la rémora por excelencia, el partido verde. Le fue tan mal que está a punto de perder las prerrogativas en el estado. ¡Y eso porque, al ser partido nacional, no puede perder el registro!
En Oaxaca pasó lo mismo. Él y su amigo Alejandro Murat tiraron la alianza. Y luego operó en contra del PRI para entregarle el estado a MORENA.
Eso sí, Murat se atreve a alzar la mano para el 24. Con qué cara, después de que Murat Junior señaló que “si lo que tiene que ofrecer el Partido Acción Nacional sólo son odio y descalificaciones, entonces yo te diría que ese es un enemigo para Oaxaca y un enemigo para México, y hay que señalarlo”.
Que se dé por bien servido con lo que le dé la llamada 4T. Porque después de su evidente entreguismo, seguro le toca premio. Al igual que el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad.
Con razón dicen que el PRI ya es cantera para embajadores y cónsules de la llamada 4T.