Su visión anticuada de la aviación, como si siguiera siendo una actividad estatal, ha hecho perder a las aerolíneas comerciales al menos 5,000 millones de pesos en épocas de vacas flacas, que siguen sin recuperarse de la crisis de la pandemia.
Le puedo confirmar que las aerolíneas nacionales, que son las más interesadas en recuperar la categoría 1 y revertir la caída de 7 puntos porcentuales en la participación de mercado, destinaron recursos y apoyaron en tareas que corresponden a la AFAC para resolver los hallazgos de la FAA, para lo cual contrataron consultores y expertos.
También colegios y asociaciones de expertos aeronáuticos se acercaron para brindar apoyo. Sin embargo, en su infinita soberbia, se desdeñó la ayuda y solicitaron el retiro de los expertos.
El desorden del AICM es provocado con alevosía y ventaja
Además, al mismo tiempo, Carlos Morán, el hoy director del AICM, ex subse de transporte, sigue haciendo daño como el primer día de la llamada 4T. Con decirles que impuso arbitrariamente una serie de restricciones de operación del aeropuerto para provocar el hartazgo de los pasajeros, provocando demoras importantes, desorden en el cumplimiento de los horarios asignados (slots), congestionamiento aéreo y terrestre en horas pico y muy poco tráfico en otros horarios.
¿Para? Según él, para quedar a todas margaritas con López Obrador, al provocar el hartazgo de los usuarios y que todos al unísono digan: urge irnos a Santa Lucía.
¿Se le olvida o quiere olvidarse por arrastrado -ah, no, perdón-, por desconocimiento, que el AICM es el único aeropuerto con las características de mercado, oferta y demanda, además de tener la conectividad de un hub?
Las limitadas capacidades…
El inge Morán, después de más de 20 años sin ocupar cargo alguno en la administración pública federal, con Enrique Peña Nieto fue nombrado Director General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI), teniendo la responsabilidad de administrar más de 500 planteles de educación tecnológica a nivel media superior distribuidos en todo el país.
Por casi 40 años, DGETI fue considerado uno de los sistemas de educación pública más importantes en el país por sus resultados en indicadores de eficiencia educativa, pero principalmente por los premios que sus alumnos obtenían a nivel nacional e internacional y por el reconocimiento que el sector productivo tenía de sus egresados.
Sin embargo, los más de cinco años de Carlos Morán como Director General de DGETI se sintetizan en la caída del nivel educativo en este sistema. De hecho, es recordado por solicitar a sus colaboradores que “no le llevaran problemas” y por dormir en su oficina al mediodía y por la tarde. Así como por su desconocimiento total de las nuevas tecnologías, porque no les entiende.
Su ineficiencia provocó que en repetidas ocasiones el ex subsecretario Dr. Rodolfo Tuirán (qepd) le solicitara la renuncia, que siempre se negó a otorgar, hasta que no le quedó de otra.
Es más, en los archivos de la Subsecretaría de Educación Media Superior y de la propia Dirección General de Educación Tecnológica e Industrial existen varios oficios en los que el ex subsecretario Tuirán lo amonesta por el desorden académico y administrativo.
¡Quihúboles!