¿La venganza no es lo suyo?
Para nadie es un secreto que la actual beligerancia con la que el gobierno actúa en contra de Rosario tiene lugar en viejas rencillas y celos desde los tiempos en que ambos eran los líderes de la izquierda en la Ciudad de México. Rosario, de habilidades políticas que hasta el mismo López Obrador envidiaba, era una mujer que se erigía como un referente de la Ciudad y, posteriormente, del país. Su capacidad de diálogo y de probado trabajo en territorio la llevó a sumarse al proyecto peñista en 2012, donde se desarrolló como secretaria de Sedesol y Sedatu. Ahí, su trabajo y políticas, particularmente en beneficio de las mujeres, fueron reconocidos por propios y extraños.
En este caso, la 4T ha demostrado mezquindad, también espíritu de venganza. O cómo entender que fue Justo el sobrino de Dolores Padierna quien le tocó cómo fue en su juicio y hasta le inventaron una licencia falsa con tal de dejarla en prisión como el primer “pez gordo” de la administración. Pura cortina de humo para el desastre que están dejando.
No obstante, insisten en que la venganza no es lo suyo. ¡Lo que hay que oír!
Violencia política de género
El caso Rosario Robles es una bomba de tiempo que pone en evidencia el modelo de venganza cuatroteísta. Cómo serán las cosas, que legisladores y militantes del PAN, PRI, PRD y MC han condenado el uso selectivo de la prisión preventiva oficiosa, la violación a los derechos humanos y hasta la violencia de género en el caso de Rosario.
Incluso, quienes antes criticaban a Rosario, cuando decía que era víctima de violencia de género, hoy levantan la voz para que enfrente su proceso en libertad. Queda claro que no se trata de defender a alguien, sino de oponerse al uso selectivo de la justicia y rechazar que mientras un delincuente confeso cena en el Hunan, Rosario, como muchas mujeres, está presa sin una sentencia.
Y vuelvo a repetir lo que nos debe de importar a todos los mexicanos. Es velar por que exista el debido proceso, pues hoy es ella, pero mañana puede ser cualquiera de nosotros. Yo no soy su abogado para defenderla, yo no soy el fiscal para sacarla y menos el juez para sentenciarla. Pero su delito, por el que está acusada es “omisión” y ese no amerita prisión preventiva.