De la oscuridad a la redención
Entre los círculos de políticos contemporáneos a Bartlett, entre mofa y mofa, dicen que “el único cargo que le faltó a Bartlett fue el de presidente” y que “Manuel está acostumbrado a mirar siempre por encima del hombro”. Bartlett Díaz nació en la ciudad de Puebla, siendo hijo de Manuel Bartlett Bautista, quien fuera gobernador de Tabasco de 1953 a 1955. Inició su carrera política en 1962 al amparo de de Javier Rojo Gómez, secretario general de la Confederación Nacional Campesina.
En 1964 el presidente Gustavo Díaz Ordaz nombró presidente nacional del PRI a Carlos A. Madrazo, enemigo político acérrimo de su padre. Pero Bartlett, como daría cuenta en toda su carrera, siempre le gustó estar del lado correcto de la historia, así que se unió a Madrazo y fue nombrado su secretario auxiliar. En 1970, el nuevo presidente Luis Echeverría Álvarez nombró a Mario Moya titular de la Secretaría de Gobernación, y éste designó entonces a Manuel Bartlett como director general de Gobierno, cargo que ocuparía hasta 1976. Con el inicio del gobierno de José López Portillo, ingresó a la Secretaría de Relaciones Exteriores y fungió como titular de la Dirección en Jefe para Asuntos Políticos Bilaterales, Consulares y de Límites y Aguas Internacionales.
Para 1979 Miguel de la Madrid Hurtado fue nombrado titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto y Bartlett se convirtió en su asesor para asuntos políticos. En este cargo participó en la formulación del Primer Plan Global de Desarrollo. Como asesor político, Bartlett acompañó a De la Madrid en sus aspiraciones por la candidatura presidencial del PRI, de cara al proceso de 1982. Así como lo oye, ¡del primer presidente neoliberal!
Durante toda la presidencia priista de Miguel de la Madrid fue secretario de Gobernación y como tal fue responsable de organizar las elecciones de 1988, sí, en las que “cayó y calló” el sistema y resultó electo Carlos Salinas de Gortari, en cuyo gabinete también trabajó como secretario de Educación Pública.
A Don Bartlett no solo le pagarían el favorcito de tirar el sistema con la secretaria, sino que, en 1992, el PRI lo postuló candidato a la gubernatura del estado de Puebla.
De ahí, llegó al Senado de 2000 a 2006. En 2012, cuando el PRI lo aisló buscó refugio en el PT, quien lo regresó al Senado. Desde ahí “vio la luz” y se sumó al movimiento encabezado por el presidente, quién redimió sus culpas, que no son pocas y lo premió con la Dirección de CFE.