La reciente filtración en redes sociales de un video relacionado presuntamente con el caso de Emilio Lozoya Austin no ha sorprendido a la opinión pública como se hubiera esperado, en parte porque los mexicanos estamos acostumbrados a este tipo de escándalos mediáticos, que frecuentemente usan los políticos en México para fines de venganza política y no para impartir justicia.
El aparato gubernamental y los actores políticos han demostrado históricamente carecer de ética y honestidad, apareciendo cada día nuevos actos de corrupción. Recientemente, el presidente de la República señaló en su conferencia mañanera que la publicación de este video mostraba la inmundicia que imperaba en México y ¡tiene toda la razón! La inmundicia la percibimos desde hace décadas, con René Bejarano, el “Señor de las ligas”; con Carlos Ímaz, con Eva Cadena Sandoval, con los narcogobernadores y con los exfuncionarios del Senado de la República ligados a políticos panistas, donde ahora no fueron ligas, fueron cajas donde recibieron y transportaron los presuntos sobornos.