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#BuróParlamentario | El derecho ciudadano de la reelección

A un año de la posibilidad de reelegir a los legisladores, debería comenzar una vigilancia ciudadana; de entrada, saber quién es nuestro diputado o diputada.
lun 15 junio 2020 11:00 AM
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En 2021, los ciudadanos estarán en posibilidad de darle la reelección a los 500 diputados federales.

Es hasta cierto punto natural que, a los ciudadanos, nos salga urticaria al escuchar que, en las elecciones de 2021, los diputados federales podrán optar por la reelección consecutiva, y que podrán hacerlo hasta tres veces, para permanecer en la Cámara durante cuatro legislaturas.

Doce años ininterrumpidos sentados en una curul, con todo lo que eso implica: dietas, prestaciones, partidas legislativas discrecionales, privilegios, influencia y poder transexenal.

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Junto con los partidos políticos, los diputados representan la institución en la que menos mexicanos confían. Apenas un 18%, según la última edición del Informe País sobre la Calidad de la Ciudadanía en México ( INE, 2015 ).

Incluso, se confía más en la policía que en el Congreso.

Por eso no extraña que haya un rechazo generalizado a la idea de que las 241 diputadas y 259 diputados que hoy integran la Cámara de Diputados puedan reelegirse dentro de un año.

Pero, si se estudia el origen y propósito de la reforma constitucional que abrió las puertas de la reelección legislativa, encontraremos que la idea no era premiar a los legisladores.

La reelección no es una prebenda para ellos, o al menos no se planteó así cuando se hizo esta reforma, sino un derecho político de la ciudadanía: la posibilidad de evaluar, premiar y castigar a los representantes a través del voto.

Al menos eso fue lo que plantearon los ciudadanos que, en las elecciones federales intermedias de 2009, promovieron un movimiento de voto nulo para manifestar su rechazo a los partidos políticos “de siempre”.

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Del voto nulo, los activistas ciudadanos escalaron a una Asamblea Nacional Ciudadana, en la que confluyeron grupos de diversos estados e ideologías hasta aterrizar una agenda común para una #ReformaPoliticaYa: candidaturas independientes, iniciativa ciudadana, consulta popular, reducción al financiamiento público de los partidos y reelección.

Parte de esa agenda fue resuelta en la reforma político-electoral de 2012, que instituyó las candidaturas independientes, la iniciativa ciudadana y la consulta popular. Pero la reelección fue aprobada hasta 2014, con una reforma al artículo 59 constitucional, y un transitorio que la envió hasta 2021, como primer año para su aplicación.

¿Qué dice el artículo 59 vigente?

Los Senadores podrán ser electos hasta por dos periodos consecutivos y los Diputados al Congreso de la Unión hasta por cuatro periodos consecutivos. La postulación sólo podrá ser realizada por el mismo partido o por cualquiera de los partidos integrantes de la coalición que los hubieren postulado, salvo que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato”.

Esta redacción deja ver que, cuando una diputada o un diputado actual busque registrar su candidatura, el Instituto Nacional Electoral deberá revisar, en primer lugar, por qué partido llegó al Congreso y, en caso de haberse ido a otra fuerza política, si ese cambio ocurrió antes de diciembre de 2019 (medio término de la legislatura) y si, en todo caso, el partido por el que busca postularse estuvo coaligado con su partido original en 2018.

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Esto hablita como reelegibles a varios diputados que cambiaron de camiseta entre septiembre de 2018 y diciembre de 2019; por ejemplo, los cinco diputados del Partido Verde que brincaron desde un inicio a Morena, para lograr que el partido mayoritario tuviera más de 250 integrantes.

También permitirá que legisladores de Morena que fueron postulados por otros partidos de la coalición Juntos Haremos Historia (PES y PT) se postulen, ahora sí, por el partido al que pertenecen.

Corresponderá al INE verificar la legalidad de las postulaciones, y algo todavía más complicado: generar las reglas para la reelección, pues en seis años el Congreso faltó a su deber de aprobar la ley reglamentaria en la materia.

Vencido el plazo legal para hacer modificaciones a las leyes electorales aplicables en 2021, el INE deberá normar varios aspectos que desde ya están causando dudas y polémica, como si pueden optar por la reelección los propietarios y los suplentes de una misma diputación, si un diputado de mayoría relativa podrá ser ahora candidato de representación proporcional (y viceversa), si los diputados pueden optar por la reelección por vía independiente, o un independiente por la vía partidista; si deberán pedir licencia al cargo para iniciar sus campañas y, en tal caso, en qué fecha deberán hacerlo.

Además, ante la omisión de los legisladores para reglamentar su propia reelección, el INE deberá poner las reglas sobre el financiamiento de sus campañas, qué actividades inherentes al cargo podrían considerarse actos anticipados de campaña y cuáles no, los límites a sus informes legislativos, su participación en procesos internos en caso de que alguien en su partido dispute la misma candidatura, y garantizar la paridad de género en la Cámara conseguida apenas en 2018.

Si bien la autoridad electoral tiene la facultad y obligación constitucionales de vigilar que los diputados actúen con legalidad durante el proceso de reelección, el papel más importante será de la ciudadanía.

Las y los votantes deberán vigilar con mucho mayor ahínco y rigor el trabajo de sus representantes, para saber si son merecedores a que se les refrende el voto.

El sufragio es un derecho, pero también una obligación. Un voto informado permitirá convertir la reelección en un privilegio del electorado, y no en un pase automático para legisladores holgazanes, intrascendentes e impresentables.

Hoy, a un año de la elección, debería comenzar esa vigilancia ciudadana. De entrada, saber quién es nuestro diputado o diputada, a qué comisiones pertenece, de qué partido es, si se cambió, si explicó ese cambio, y cómo ha trabajado en los dos años de Legislatura: ¿va a las sesiones?, ¿presenta iniciativas relevantes?, ¿ha logrado la aprobación de leyes útiles para la ciudadanía?, ¿vota según su propio criterio, o siguiendo la línea de su coordinador parlamentario? ¿Dialoga con sus representados?, ¿algún día los ha consultado para definir el sentido de su voto?

¿A quién representa en realidad?

Buró Parlamentario ha creado una herramienta para responder algunas de esas dudas, vigilar a los legisladores y, si es el caso, facilitar el camino para empezar a conocerlos.

En el sitio https://buroparlamentario.org/home puedes buscar a tu diputado tecleando los cuatro dígitos de tu sección electoral (vienen en la credencial del INE), conocer su perfil y su desempeño legislativo con base en la metodología creada por Buró.

A un año de las elecciones y de la reelección, conocer a los legisladores, vigilarlos y evaluarlos para volver a votar por ellos, o no, es un derecho, pero también un deber ciudadano.

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Nota: Buró Parlamentario es una asociación civil que busca vigilar al Poder Legislativo promoviendo una ciudadanía informada, activa y participativa.

Twitter: @BuroParlamentario

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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