Con la repentina renuncia de Carlos Urzúa a la SHCP la semana pasada, se reforzó la discusión pública basada en denostar desde el actual gobierno al neoliberalismo, que lo pone como la principal causa de absolutamente todos los problemas actuales del país.
Urzúa podría considerarse uno de los personajes más representativos de la 4T, por su intento de cuidar los indicadores macroeconómicos, su atención a los mercados, y particularmente por sus profundos recortes del gasto público.
Su salida abre un boquete muy importante para el llamado grupo de los moderados de la 4T, que tratan de matizar las intenciones del grupo radical, que tienen consecuencias muy negativas para el desempeño del actual gobierno.