Pocos puestos son tan importantes en cualquier gabinete como el titular de la Secretaría de Hacienda. Quien maneja las finanzas públicas del país asume el compromiso de actuar con responsabilidad macroeconómica. Ese deber implica confrontaciones con otros miembros del gabinete, con legisladores y con el presidente.
Ayer, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, presentó su renuncia alegando discrepancias en materia económica y la imposición de funcionarios sin conocimiento de finanzas públicas impuestos por personajes importantes con conflictos de interés.