CJNG y Cártel de Sinaloa: las organizaciones que tienen bajo fuego a México
Con Felipe Calderón los primeros meses después de haberle declarado la guerra al narco le trajo “buenos resultados”. En diciembre de 2006 en el país se reportaban 849 muertes violentas, todo el siguiente año, ese delito no superó los 800 eventos e incluso hubo meses como febrero en los que se reportaron 488. Sin embargo, en abril de 2008, la violencia cimbró al país y ya no hubo punto de retorno. En ese mes se reportaron por primera vez en el sexenio más de 1,000 homicidios dolosos y en los siguientes meses ese delito mostró alzas hasta superar los 3,000 cada 30 días como sucede en el actual gobierno.
Con Felipe Calderón hubo varios epiosodios de violencia, entre ellos un incendio en el casino Royale, en Nuevo León, que dejó 52 personas y el hallazgo de torsos de 49 personas en la comunidad de San Juan en el mismo estado, la matanza de 15 jóvenes en Villas de Salvárcar en Ciudad Juárez, Chihuahua, el hallazgo de 72 cadáveres de migrantes en San Fernando, Tamaulipas, entre otras.
Un informe elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos titulado “México: Organizaciones del Crimen Organizado y el Narcotráfico”, advierte que en México 12 organizaciones están en disputa por el territorio: el Cártel de Sinaloa, Los Zetas, el Cártel de Tijuana, el Cártel de Juárez, el Cártel del Golfo, Los Beltrán Leyva, La Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los caballeros templarios, El Cártel del Noreste, Los Viagra y Los Rojos.
El reporte advierte que en la última década, las organizaciones criminales se han fragmentado, ocasionando más violencia. Esa docena de organizaciones mantienen bajo fuego a México, pero la disputa entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación ha acentuado la violencia en México.
Al presidente de la República recientemente se le ha acusado políticamente de tener una relación de protección con el crimen organizado. Esto a partir de una ocasión en que quedó grabado cuando saludó a la madre de Joaquín "El Chapo" Guzmán y por liberar a uno de los hijos de ese narcotraficante, Ovidio Guzmán; también por ofrecer como estrategia una política de "abrazos, no balazos" y por asegurar que a los delincuentes se les respeta porque son humanos. Al respecto, el mandatario federal ha retado a quienes lo acusan, probarlo.
Si bien, nadie ha probado algún vínculo del presidente con el crimen organizado, expertos como Víctor Hernández, aseguran que en esta administración, el Cártel de Sinaloa ha resurgido.
"Este gobierno ha permitido que el Cártel de Sinaloa se expanda. Se me hace inexplicable que un Cártel que estaba agonizando el sexenio pasado, después de la detención de su líder, hoy está prosperando y le está peleando el territorio al Cártel Jalisco Nueva Generación en muchas localidades, y está haciendo varias alianzas", refiere.