Publicidad
Publicidad

Con 18,147 siervos, AMLO construye un censo bajo sospecha de sesgo

El “censo del Bienestar”, levantado por los Siervos de la Nación, sirve para decidir a quién entregar los programas sociales. El gobierno no transparenta su operación y expertos advierten riesgos.
mié 24 julio 2019 06:00 AM
Siervos de la Nación
Duda. La Presidencia de la República y la Secretaría del Bienestar remiten una a la otra la información sobre la manera en que operan los 18,147 siervos de la nación, por lo que esa información se desconoce.

Visten gorras blancas, chalecos cafés y playeras blancas en las que lucen a los próceres de la patria Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. Son los Siervos de la Nación, una especie de ejército conformado por 18,147 personas que se dedican a realizar el “censo del Bienestar” mediante el cual el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decide a quién entregar sus “programas estrella” sin intermediarios.

El trasfondo del censo es cuestionado por Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, y Rodolfo de la Torre García, Director del Programa de Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, quienes advierten la integración de un padrón de beneficiarios de programas sociales que podría estarse construyendo de manera sesgada ante la falta de claridad en este procedimiento e incluso por la falta de experiencia de los siervos.

Publicidad

“Sí existe ese riesgo, pero no solamente depende de cómo se diseña y se levanta el censo del Bienestar sino que el clientelismo sobre todo está en función de si se siguen ciertas reglas de uso de la información de beneficiarios”, consideró De la Torre García.

En tanto, Gómez Hermosillo refirió que el problema es que el marco institucional no ha quedado claro por lo que “no hay suficiente información sobre todos los aspectos técnicos y sobre todo las garantías de imparcialidad” en la integración de este padrón, a la par que criticó que este censo arrancó aún cuando el gobierno de López Obrador no entraba en funciones.

Conoce más: "Censo del Bienestar" de AMLO arranca con 20,000 encuestadores

La estructura de los siervos

Las 18,147 personas que integran a los Siervos de la Nación son coordinados por 2,464 Regionales, quienes a su vez son supervisados por los Delegados Estatales de Programas para el Desarrollo, los llamados “superdelegados”, según se desprende de la respuesta a la solicitud de transparencia 0002000092619 requerida por Expansión Política.

La misma información refiere que los siervos tienen un sueldo mensual bruto de 10,217 pesos, mientras que los regionales perciben cada mes 73,507 pesos brutos. En cuanto a los "superdelegados", sus salarios son de 122,512 pesos mensuales brutos.

Publicidad

En un manual de operación de este grupo –al cual tuvo acceso el sitio mexico.com – se establece que la capacitación de los servidores se realizó mediante talleres, en los que se instruyó a estas personas a realizar el censo en “cada una de las viviendas” del área que les fue asignada.

“La encuesta integra preguntas de ocho programas prioritarios y deberá ser realizada con seriedad y amabilidad en nuestra actitud, con absoluto respeto a los encuestados y total veracidad en la información recabada. La metodología de la encuesta se trabajará en los talleres de capacitación”, establece este documento.

No obstante, a la fecha no ha sido posible conocer el cuestionario que aplican los siervos, debido a que la secretaría de Bienestar ni la Coordinación General de Programas para el Desarrollo, que depende de Presidencia, se asumen como sujetos obligados para conocer esta información.

Conoce más: Presidencia no tiene información de la "Ayudantía" que cuida a AMLO

Las inconsistencias de las que el gobierno acusa a estancias infantiles

Publicidad

¿Bienestar o Presidencia?

Expansión Política consultó en la Plataforma Nacional de Transparencia 10 solicitudes de información realizadas por particulares a la secretaría de Bienestar y la Oficina de Presidencia –cinco a cada dependencia– en las que uno y otro despacho remiten al otro para conocer información vital sobre el origen de los recursos, la estructura y metodología del censo, la selección de los Siervos de la Nación, su capacitación, el marco normativo en el que operan, el cuestionario que aplican, las preguntas que contienen y quién fue el responsable de diseñar todos estos documentos.

De esta manera, la Coordinación General de Programas para el Desarrollo se dijo incompetente para atender esta información requerida en las peticiones 0210000083219, 0210000089419, 0210000119919, 0210000101419 y 0210000200019 realizadas por particulares entre marzo y julio de este año y recomendó hacer estos planteamientos a Bienestar.

Te puede interesar: La impresión de la 'Cartilla moral', ¿sin costo para el erario?

Sin embargo, esta dependencia que encabeza Luisa María Albores dijo que no era de su competencia esta información solicitada en los folios 0002000105319, 0002000084619, 0002000065219, 0002000087219 y 0002000100919 –requerida entre abril y mayo–, y de igual manera aconsejó llevar estas cuestiones a la Coordinación General de Programas para el Desarrollo.

Hasta el 30 de mayo, la secretaría del Bienestar no sabía a cuántas personas habían censado estos miles de siervos, según respondió a Expansión Política.

Aunque Bienestar proporcionó a este medio la relación y salarios de la estructura encargada de realizar el Censo del Bienestar, es un funcionario de la Oficina de la Presidencia quien es el jefe máximo de los siervos. Se trata de Gabriel García Hernández, quien se desempeña como coordinador de los “superdelegados”, de quienes dependen la estructura encargada de levantar el censo del bienestar.

La función de García Hernández –según se desprende de la información que se proporciona en Presidencia– es ejecutar los programas integrales de desarrollo económico-social “en beneficio de las comunidades, pueblos, municipios y estados”.

Lee además: ¿Cuánto ha gastado AMLO en vuelos y viáticos?

De este coordinador también dependen los 32 delegados del gobierno federal, entre quienes figuran ex candidatos a los gobiernos a los que ahora sirven como enlace con la Federación. Estas posiciones han sido cuestionadas por hacer sombra a los gobernadores, motivo por el cual han recibido el nombre no oficial de “superdelegados”.

“El marco institucional no está para nada claro, y que por lo tanto hay un serio problema de responsabilidades ahí, institucionales que no están claros”, refirió Rogelio Gómez Hermosillo con respecto sobre la ambigüedad en la adscripción de los siervos.

¿Expertos en censos?

Rodolfo de la Torre García plantea otra situación que debe tomarse en cuenta en el levantamiento del censo del Bienestar: la experiencia de los integrantes de los Siervos de la Nación.

“Los siervos de la nación no parece que sean personas que tengan experiencia en el levantamiento de información y posiblemente tengan algún sesgo en cuanto a su extracción, me refiero que pueden estar proviniendo de simpatizantes o incluso de partidarios de Morena”, advierte el Director del Programa de Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Recomendamos: Presidencia transparenta a medias los vuelos de AMLO

De la Torre explica que en el levantamiento de información acerca de necesidades y de posibles beneficiarios de programas sociales se requiere una acción en tres niveles:

  • Un diseño del instrumento de obtención de la información bastante riguroso
  • La supervisión del levantamiento de información con base a protocolos que corrijan posibles anomalías.
  • La capacitación de los siervos, quienes son los que visitan los hogares
Me parece que en el caso del censo del bienestar hay problemas en todos los niveles”.
Rodolfo de la Torre, Director del Programa de Desarrollo Social con Equidad del CEEY.

En tanto, Gómez Hermosillo refiere un episodio que impactó en la continuidad del programa de Estancias Infantiles, el cual fue cambiado mediante apoyos directos –una medida que ha sido impugnada por algunas personas con éxito– tras el supuesto hallazgo de irregularidades en su padrón.

“Dijeron que había muchos fantasmas en las estancias infantiles, pero cuando se les pidieron las pistas no las tienen. Algo así también se dijo de los beneficiarios de Prospera: ‘es que no están’. Más bien no los encontraron porque estos jóvenes no tienen ni la capacidad ni los instrumentos técnicos para hacer un trabajo serio de identificación de personas para los subsidios eso es lo grave”, refirió el coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

Te puede interesar: Sientan jurisprudencia a su favor de estancias

Los apoyos directos

Tanto De la Torre como Hermosillo mencionan que el supuesto del presidente López Obrador de emplear este censo para entregar los recursos de sus programas sociales de manera directa y no a través de intermediarios es algo engañoso.

“El presidente ha insistido tanto en lo directo como sinónimo de puro frente a los intermediarios como sinónimo de corrupto. En ambos casos es falso. Uno porque siempre ha habido transferencias directas, dos porque no siempre cuando se entrega a las organizaciones hay corrupción”, menciona Rogelio Gómez.

Para él, al entregar de manera directa cualquier tipo de subsidio no implica que quede de libre de un uso irregular. “Con un padrón de puros amigos de alguien se pueden hacer apoyos directos, lo cual no garantiza que estén bien entregados a quien se debe. No es lo directo sino la selección, el problema no está en el intermediario, está en la selección”.

De la Torre refiere que no es del todo exacta la afirmación de que antes había intermediarios en la dispersión de los programas sociales como en el caso de Prospera, en donde estaban individualizadas las transferencias.

“En todo caso, ya sea en la situación de Prospera o de otros programas, pues el hecho de hubiera intermediarios era prácticamente una violación de las reglas de operación y no parte del diseño de los programas, de esta forma si ocurría esta intermediación la forma más inmediata de corregirla era respetando las reglas de operación de los programas”, menciona.

Es por ello, que para De la Torre lo más viable, en lugar de haber construido un censo del cual no hay mucha claridad, hubiera sido depurar el padrón de gobiernos anteriores y en caso de encontrar anomalías, corregirlas.

“Lo mejor habría sido tomar la información anterior, auditarla y reponer la información que se encontrara que estaba incompleta o que tenía algún sesgo , en lugar de ello se realizó un esfuerzo como si no existiera todo lo anterior, desde cero, y el resultado es algo que no es confiable”, concluye.

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

MGID recomienda

Publicidad