Incluso, en abril de ese mismo año, sin pruebas contundentes, pero como “medida preventiva”, el mandatario vetó a tres empresas para que no participaran en las licitaciones públicas. Se trató de Grupo Fármacos Especializados, Farmacéutica Maypo y Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico, a las cuales acusó de incurrir en prácticas monopólicas.
“Una empresa que vende más del 30% de todos los medicamentos, pues sí actúa o sí puede existir una práctica monopólica contraria a la Constitución, que es la ley de leyes, que es la ley suprema”, sostuvo López Obrador en aquel momento.
Como los problemas de desabasto de medicamentos no terminaban, el presidente acusó a las empresas farmacéuticas de querer debilitar su gobierno para que continuara comprándoles medicinas.
“Ahora tenemos presiones porque no les gusta lo que estamos decidiendo. Saben ustedes que se compraban de medicinas al año cerca de 90,000 millones de pesos, y se compraba toda esa medicina solo a 10 empresas. Un gran negocio y no había medicinas. Bueno, ya se acabó eso”, declaró en mayo de 2019.
Para combatir estos actos, que calificó de corruptos, el presidente de México aprobó distintas estrategias. Primero, la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), organismo que, además de sustituir al Seguro Popular en 2020, se haría cargo de la compra y distribución de los fármacos.
Después, las autoridades firmaron un convenio con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), en el que se encargaron las compras de medicamentos a este organismo internacional.