Tanto el virus AH1N1 como el SARS-CoV-2 también pueden ser asintomáticos en algunos huéspedes. Para la influenza se logró desarrollar rápidamente una vacuna, pero ahora, con la nueva cepa de coronavirus, el escenario es diferente.
Más allá de los síntomas y tratamientos, ambos virus han causado –cada uno en su momento– alarmas sanitarias en el mundo, dejando a su paso miles de víctimas.
Aquí te mencionamos las principales repercusiones económicas y sociales que México enfrentó ante la influenza en 2009 y las que vive hoy con la epidemia del coronavirus.
Los epicentros de las pandemias
El 23 de abril de 2009 -en el tercer año de gobierno de Felipe Calderón-, el entonces secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, informó que México se encontraba en una crisis por contagios de una nueva cepa del virus H1N1.
Cuatro meses después del anuncio, la nueva cepa de este virus ya se había extendido a más de 120 países, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró una pandemia, la primera del Siglo XXI.
Los registros indican que el epicentro de la influenza AH1N1 fue México, pues los primeros casos se detectaron desde el 11 de abril de ese año en el estado de Veracruz. A la nueva infección también se le conoció como “gripe porcina”, pues el nuevo virus había mutado entre los animales (aves y puercos) y dio un salto a los humanos.
Casi 11 años después, a finales de 2019, una nueva cepa de coronavirus dio sus primeros signos en China, específicamente en la ciudad de Wuhan. La enfermedad causada por el SARS-CoV-2 fue nombrada como COVID-19 por la OMS, que en marzo de este año la declaró una pandemia, pues ya se había propagado en 114 países.