Mientras que este lunes, el alcalde de Mexicali, Gustavo Sánchez, presentó la primera impugnación ante la Suprema Corte en contra del proceso por el cual fue ampliado el mandato del gobernador electo.
El edil explicó que el Congreso local está obligado a citar a los ayuntamientos antes de cualquier votación o reforma que se plantee, lo cual, afirmó, no ocurrió en el caso de la 'Ley Bonilla', o al menos la invitación no se le hizo a Mexicali.
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El gobernador "Kiko" Vega también tiene facultades para recurrir a la Corte –que, de hecho, ese fue el exhorto que le hizo el Congreso de la Unión– para que esta tome la última decisión:
Revocar la reforma o permitir que Jaime Bonilla tome protesta, en octubre próximo, como gobernador de Baja California para un periodo de cinco años.
Ante el posicionamiento de López Obrador, ciudadanos y representantes empresariales bajacalifornianos exigieron que tome medidas en contra de la "Ley Bonilla" porque tiene facultades para ello.
"El Presidente sí debe meterse 'en esos asuntos' porque estamos frente a un tema del orden constitucional y democrático de la nación. No le corresponde decidir, pero no debe callar. El Ejecutivo Federal tiene la facultad de ejercer una acción de inconstitucionalidad, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno en contra de normas generales de carácter federal y de las entidades federativas. Lo mismo pueden hacer el 33% de los integrantes de la legislatura local y los partidos" afirmaron en una carta abierta .
Sumado a los recursos legales que ya están concretándose, ciudadanos impiden la entrada al Congreso de Baja California, por lo han sido pospuestas las sesiones en las que se tenía previsto dar trámite al aval de la reforma que dieron tres de los cinco ayuntamientos.