El 14 de noviembre de ese año la Jucopo de la Cámara de Diputados –ya presidida por el panista Jorge Romero Herrera– a la que pertenecen los coordinadores parlamentarios de todas las bancadas, acordó por unanimidad modificar el dictamen sobre la reducción de la jornada laboral.
Fue por eso que el 28 de noviembre la mesa directiva de la Cámara, que preside la diputada priista Marcela Guerra, regresó el dictamen a la comisión dictaminadora para que se realizaran, en su caso, eventuales modificaciones.
El argumento fue “fortalecer su argumentación”, pues se pensó en incluir las observaciones recibidas de la iniciativa privada y establecer que el descanso de 40 horas a la semana se aplicaría de forma gradual.
Sin embargo, ese procedimiento fue cuestionado en esas fechas por Morena, por el retraso que supondría su aprobación y sobre todo porque sólo el pleno camaral puede modificar un dictamen ya votado, así que devolverlo a comisiones para cambiarlo era irregular.
Unos días después, el 1º de diciembre, tras asistir a la inauguración del Aeropuerto Internacional de Tulum “Felipe Carrillo Puerto”, en Quintana Roo, el empresario Carlos Slim rechazó la propuesta de semana laboral de 40 horas, aunque meses atrás había expresado estar a favor.
Afirmó Slim que “era mejor que las personas trabajaran 48 horas y ganaran más”. Pese a ello los diputados de la llamada Cuarta Transformación: Morena, Partido del Trabajo (PT) y Verde (PVEM) se mantuvieron por el sí a la reforma hasta que Palacio Nacional opinó distinto.
Después de esa declaración del empresario, el 5 de diciembre, el presidente López Obrador, quien no había expresado una postura, dijo que a su juicio se requería más discusión y que lo mejor es que se votara después de las elecciones del dos de junio.
Una vez que el presidente dijo eso, los tres partidos obradoristas acataron la “recomendación”, y cesó su interés en votar la reforma. Sin embargo, el 7 de diciembre la Comisión de Puntos Constitucionales regresó el dictamen a la mesa directiva camaral.
En esa instancia pudo haber continuado el proceso y tanto en ella como en la Jucopo y en el pleno de esa Cámara los tres partidos de la “Cuarta Transformación” tienen mayoría para haber impulsado la presentación del dictamen en el pleno.
Y aunque no tienen votos suficientes para reformar la Constitución --como establece el dictamen- el PRI retó a votar y ofreció el aval de sus 71 diputados, con lo que hubieran conseguido mayoría calificada para aprobar la enmienda, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
Eso no se concretó y el 15 de diciembre concluyó el periodo ordinario y se dejó pendiente el tema para el nuevo año y su periodo ordinario que inició el 1º de febrero de este 2024 y concluirá este 30 de abril.
A fines de 2023 se avaló que una comisión de trabajo en materia de días de descanso laboral analizaría propuestas de cambios y el líder de Morena Ignacio Mier ofreció que en marzo de 2024 ya habría reforma.
Fue hasta la instalación de la comisión de trabajo en materia de días de descanso laboral, el 18 de diciembre, en que acude una representación de gobierno federal. El titular de la Unidad de Enlace de la Secretaría de Gobernación (Segob) con la Cámara, Esteban Martínez Mejía, realizó ahí observaciones a la reforma, en sintonía con la gradualidad que pidió el empresariado.
Luego, el 1º de febrero de 2024 inició un nuevo periodo ordinario de sesiones de la Cámara, y otra oportunidad para avalar la enmienda.
Batean semana de 40 horas
El 5 de febrero pasado, el presidente López Obrador envió a la Cámara un paquete de 20 propuestas de reformas, pero entre las que no se incluyó la de la semana de 40 horas.
Los legisladores convocaron a foros nacionales, cinco regionales y 32 estatales para discutir las propuestas presidenciales, más otro tipo de iniciativas impulsadas por la oposición, entre ellas la de la reducción de la jornada laboral, que por tercera vez fue materia de consultas y debate. Y ninguna de las propuestas fue dictaminada ni registró avance alguno a tiempo, pues 24 horas antes del fin del periodo se presentaron los proyectos de dictamen.
A esa nueva discusión se sumó el acuerdo de la Jucopo aprobado por el pleno el pasado 22 de marzo por el que se pactó un mecanismo para revivir el dictamen.
Se avaló que la comisión de trabajo en materia de días de descanso laboral realizaría un proceso de consultas –un cuarto proceso de discusión-- y enviaría cartas a los organismos integrantes del Consejo Coordinador Empresarial, de la Confederación de Cámaras de Comercio y otros organismos de representación laboral, empresarial y productiva del país para recibir sus opiniones.
Esa vía fue sugerida por el coordinador de la bancada del PRI, Rubén Moreira, con el propósito no se quedara congelado el asunto hasta después de las elecciones, como sugirió el presidente López Obrador, y el objetivo era incorporar propuestas para elaborar una reserva única.
Al final se pretendía que, al someter al pleno la votación del dictamen, y dado que este sólo puede modificarse por la plenaria, ésta incorporara las modificaciones demandadas por el sector empresarial en una sola reserva de consenso que aprobarían todas las bancadas.
Eso no funcionó. Según el acuerdo, “la comisión de trabajo en materia de días de descanso laboral concluirá su función con la presentación de las reservas establecidas en el acuerdo sexto durante el mes de marzo de 2024”.
Hoy el dictamen y las reservas propuestas siguen sin presentarse a votación del pleno de los diputados. Pero este lunes, previo a la conclusión del periodo se circuló la propuesta de reserva y Mier Velazco (Morena) incluso dijo que es probable un periodo extraordinario, lo que sin embargo no es suficiente para que transite una reforma constitucional.
Así, se quedó nuevamente estancada la reducción de la jornada laboral, quizá para una nueva Legislatura, dado que por los desencuentros entre las fuerzas políticas hoy en campaña, y por requerir que sesionen y voten su aprobación el Senado y congresos estatales –que también entrarán a receso a partir del 1º de mayo- no hay condiciones para que sea aprobada y entre en vigor la semana de 40 horas.