El dictamen fue aprobado desde abril pasado, pero se decidió ampliar el debate para escuchar a todos los sectores, fue así que desde el 16 de octubre hasta ayer se realizaron cinco foros. La Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados será notificada de la conclusión y se espera que el próximo 21 de noviembre los grupos parlamentarios expresen las conclusiones a las que llegaron tras los foros, antes de que el dictamen se presente a votación del pleno de la Cámara de Diputados.
En los foros se ha expresado la postura empresarial con algunos a favor, pero no de forma generalizada, otros en contra. Pero en todos los casos se ha solicitado instalar una mesa de trabajo para modificar el dictamen, distinguir entre las grandes y las micro, pequeñas y medianas empresas (Mypimes), y que en caso de aprobarse se establezca de forma gradual, con un periodo de transición, pues los impactos que tendría la aplicación de la reforma son distintos.
Pero a diferencia de otras sesiones, ayer una parte del sector obrero, y afín a Morena, respaldó esa postura empresarial.
Fue José Reynol Neyra, secretario de Acción Política de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), central obrera que dirige el senador suplente Pedro Haces Barba y militante de Morena, quien expresó sus reservas.
En representación de Haces Barba, Neyra indicó: “nos pronunciamos en contra de su aprobación, pues si bien se ha comprobado que los empleados felices son más productivos, de avalarse los cambios a la ley, riesgos de aumento de informalidad y afectación de otro tipo de prestaciones”.
La prioridad de la CATEM es negociar aumentos salariales, pues la falta de poder adquisitivo “genera más estrés y desgaste psicosocial”, dijo.
“En México existen 1.7 millones de puestos vacantes. Al reducir la jornada nos llevaría a que esta cifra se incremente a 2.6 millones lo cal sería imposible de cubrir. Para cubrir dicha vacancia es posible que se aumenten los empleos eventuales o temporales generando alto riesgo de informalidad.
“Al no disminuir las tasas de producción o índices de venta, con menor tiempo de mano de obra disponible las empresas experimentarán un incremento en los costos de operación lo cual generará a su vez un incremento en el costo de los bienes y servicios, especialmente para los sectores manufacturero, comercial, el agro, el de servicios turísticos, gastronómicos, entre otros”, alertó el dirigente obrero.
El también líder del Sindicato Autónomo de Trabajadores y Empleados de las Industrias Minera y de Transporte y sus Actividades Relacionadas, de CATEM, consideró que los empleadores afectados no pueden reducir el salario, pero de ser afectados “si pueden reducir otras prestaciones económicas que no estén protegidas en un en el contrato colectivo de trabajo como comisiones, bonos, compensaciones, gratificaciones”.
Por todo eso rechazó respaldar la propuesta –de la que ya hay dictamen-, pues “no es el mejor momento para hacerlo, hasta en tanto no se haya estudiado y discutido ampliamente y, sobre todo, existan condiciones económicas y sociales más propicias en México”.
“Para la CATEM ha sido es y será prioridad incidir en negociar mejores condiciones económicas en los contratos colectivos de trabajo… es más importante tener mayor ingreso que incrementar sus horas de descanso”, sostuvo Neyra, expresidente municipal de Huixquilucan.