Para el tercer año legislativo 2020-2021 resultó electo con 46 votos el senador Eduardo Ramírez, afín a Monreal, quien presumió la unanimidad de la decisión. Pero Batres y otros legisladores, como Antares Vásquez, acusaron que no hubo condiciones democráticas ni libres.
Buscaron esa posición los senadores Ovidio Peralta, Higinio Martínez, Salomón Jara y Alejandro Armenta, que al final se bajaron y respaldaron a Ramírez quien, explicó Monreal, fue consensado con el resto de las fracciones parlamentarias.
Al concluir el periodo de Ramírez, en 2021 y cuando aún se barajaban las cartas de Morena para renovar la presidencia senatorial que, acordaron, le tocaría a una legisladora, la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, fue llamada a Palacio Nacional y avisada de que regresaría al Senado, al que había solicitado licencia en diciembre de 2018 para integrarse al gabinete.
A su regreso fue propuesta y avalada por unanimidad -que resultó relativa- a mano alzada en plenaria del grupo parlamentario de Morena, partido que la propuso para presidir la mesa directiva. Sus compañeras de escaño que buscaron el cargo, Imelda Castro, Marybel Villegas, Ana Lilia Rivera y Bertha Caraveo, declinaron a su favor, lo que desactivó la pugna.
Pero el encargo concluirá el último día de agosto, por lo que se avizora un nuevo conflicto interno.
“Hemos hablado con algunos senadores, algunos nos apoyan, otros tienen dudas y otros quieren a lo mejor poner un presidente de la mesa a modo”, dijo Narro al destaparse.