La solución que encontraron fue organizarse con otros padres para contratar un servicio privado de cuidadoras, quienes se hacen cargo de entre cuatro y cinco niños por cinco horas diarias de lunes a viernes.
“¿Por qué están abiertos los restaurantes y las guarderías no? ¿O por qué no vacunan a los maestros? Debería ser prioridad”, afirma la profesional y madre de una pequeña.
Para Rosas Balán la reactivación económica sólo será posible si se comienza a trabajar en la reactivación de los espacios de cuidado y educación de los niños como las guarderías, sin embargo, reconoce que en este momento la ciudad no está preparada.
“Hay un impacto desde un punto de vista emocional por no tener un lugar seguro para dejar a los hijos y en segundo por la imposibilidad –en especial de las mujeres- de reincorporarse a sus actividades laborales.
“No es sólo una fecha para reabrir, sino que (las autoridades) establezcan cómo se va a hacer ese regreso, si las guarderías ya cuentan con un protocolo”, indica la especialista en políticas públicas.
Mientras se espera un protocolo de medidas preventivas y sanitización de espacios como las guarderías, también se reconoce que una reapertura inmediata sería arriesgada, según opina Rafael Bojalil Parra, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la UAM.
“Lo más probable es que los niños difícilmente se contagien entre ellos pero sí contagian a los miembros de su familia. Abrir las guarderías en estos momentos, en estas condiciones creo que es un riesgo demasiado alto como para tomar esa decisión”, dice el experto.