El salario mínimo (SM) debe alcanzar -por fin- el monto suficiente para superar el umbral de pobreza al cubrir el costo de dos canastas básicas (CB) el próximo año: 9,700 pesos al mes, 323 al día. Para ello, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) debe aplicar un aumento diferenciado entre el SM general (SMG), que aplica en casi todo el país y el SM que aplica en la frontera (SMF).
Salario mínimo suficiente, ¡YA!
Al SMG en 2025 le faltan aún 1,000 pesos para cubrir el costo de 2 CB. Requiere entonces un aumento de alrededor de 16% en 2026. En cambio, el SMF ya alcanzó ese nivel desde 2022. A lo más, su ajuste a partir de ahora debe sólo mantener valor.
SMG suficiente es urgente, pues aún 20 millones, la mitad de las personas trabajadoras asalariadas y entre ellas 6.4 millones, una de cada tres, con puestos de trabajo formal registrados en el IMSS, ganan salarios de pobreza: no les alcanza para cubrir el costo de dos canastas básicas. Trabajar y ser pobre es una grave contradicción, es un escándalo.
El “umbral” de 2 CB para acabar con los salarios de pobreza es el “piso”, no el ideal. Es el mínimo, pues la “canasta básica” es el monto de la línea de pobreza. Quienes ganan menos del costo de la CB caen en “pobreza”. La estimación es que en 2026 su costo promedio serán 4,850 pesos.
Por tanto, para 2 CB se requiere un SMG de 9,700 pesos al mes, en 2026. Se pueden ajustar los cálculos, no el criterio. No se trata de cifras o porcentajes, sino de alcanzar -por primera vez- un monto que no contradice el mandato constitucional. El art. 123 establece que el SM debe ser suficiente para mantener a quien trabaja y su familia, por eso lo mínimo es que alcance para 2 personas. Además, es la composición familiar más frecuente: 4 personas con 2 personas que trabajan y porque estadísticamente en promedio por cada persona perceptora de ingreso hay una persona más “dependiente”.
Pero mucha gente aún se opone y le preocupa. Hay mitos e inercias mentales, pues aunque llevamos 9 años de recuperación del SM sin efectos negativos, hay quienes siguen hablando de su “efecto inflacionario”.
El aumento al SMG no puede tener efecto inflacionario, porque quedó “desindexado” de otros costos desde 2016. Tambien porque su ajuste desde 2017 a la fecha, aplica una fórmula con dos componentes: el monto independiente de recuperación -MIR, que se aprueba en “pesos”, sólo para los SM y el “porcentaje por fijación” que sirve como referencia el resto de los salarios.
El peso de los salarios en los costos es mínimo. Las remuneraciones representan únicamente el 10.8% de los gastos totales de las empresas y el 7.7% de los ingresos totales Las remuneraciones al personal operativo -donde se concentran los bajos salarios- son 2/3 de ese costo (Censos Económicos 2023). Así el efecto del aumento salarial es marginal pues los incrementos mayores aplican solo a los salarios más bajos.
Para evitar efectos negativos el ajuste a los SM debe ser diferenciado entre SMG y SMF. El SMG debe llegar a 2 CB en 2026 y debe aumentar gradualmente para alcanzar la meta trazada por la presidenta Sheinbaum para ser suficiente para 2.5 CB en 2030, pero el SMF ya superó ese nivel.
El aumento diferenciado ya se aplicó en 2019 y en 2020. Ha sido la forma responsable y razonable para la recuperación de los SM. En 2019, el ajuste diferenciado fue a favor del SMF, ese año subió 100%, mientras el SMG subió 16%. Al año siguiente, el aumento diferenciado fue a favor del SMG, ese año subió 20% y el SMF sólo 5%, sólo lo necesario para no perder valor.
El aumento diferenciado es indispensable. El SMF está sobrevaluado y está generando sus efectos negativos como desincentivar la inversión y frenar la creación de empleos.
Lo que sería inaceptable y absurdo sería posponer un SMG suficiente para 2 CB en 2026 y dejarlo “unos pesos” por debajo. Un aumento de 12% mantendría los salarios de pobreza. Estos se deben terminar, para que el paso siguiente sea promover el salario digno como medida voluntaria de las empresas, vinculada a mejoras en la productividad.
Un SM suficiente para adquirir dos canastas básicas es un objetivo trazado desde que inició su recuperación gradual, fue asumido por el gobierno y los organismos empresariales como meta para 2024. La pandemia y otras circunstancias retrasaron este propósito. Ahora está a la “vuelta de la esquina”. Se debe lograr en la revisión a los SM para 2026 que se aprobará en los próximos días. ¡SMG suficiente, YA!
____
Nota del editor: Rogelio Gómez Hermosillo es Presidente Ejecutivo de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.