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#ColumnaInvitada | Bajó la pobreza ¿qué sigue?

Para avanzar de manera más rápida y sostenible en la reducción de la pobreza y corregir las graves fallas en políticas públicas.
vie 22 agosto 2025 06:07 AM
pobreza
Gastar sin resultados y generar secuelas por mala calidad educativa y carencia de servicios de salud es desastroso, señala Rogelio Gómez Hermosillo.

La reciente medición de la pobreza trae una buena noticia: la pobreza baja del 42% de la población en 2018 al 30% en 2024: 13.4 millones de personas menos.

La medición no se reduce a este dato. INEGI –como Coneval lo hacía– presenta un conjunto muy amplio de información que permite además de celebrar el avance, aprender sobre lo que funciona, lo que falta y lo que no está funcionando. La medición orienta el camino a seguir.

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Para trazar “lo que sigue” hay que considerar el conjunto de los datos. Sintetizo 10 hallazgos que ofrecen aprendizajes para el siguiente paso; sirven también para enfrentar algunos mitos y confusiones:

1) La pobreza multidimensional se redujo desde la dimensión económica –no por la social–; se debe al incremento del ingreso por trabajo de los hogares, muy en especial de los que menos ganan.

2) Los ingresos por trabajo subieron 22% en promedio de 2018 a 2024; pero en los “pisos de abajo” (los deciles I, II y III en la distribución del ingreso) subieron casi el triple: 63%.

3) En contraste, las transferencias de programas gubernamentales representan menos de 4 de cada 100 pesos del ingreso de los hogares. En los “pisos de abajo” son 11 de cada 100 pesos (mientras el trabajo aporta 75 de cada 100 pesos en esos pisos).

4) Los programas no son “universales”: En los “pisos de abajo”, 10 millones de hogares no reciben programas, sólo 5.5 millones son beneficiarios de programas.

5) El efecto directo de los programas en la reducción de la pobreza es mínimo (1 punto porcentual de diferencia entre 2018 y 2024) y en la pobreza extrema es nulo (0.2 puntos).

6) Hay carencias sociales que dependen de políticas públicas y otras del ingreso. Las que reflejan el nivel de ingreso: calidad y espacios de la vivienda, alimentación sana y suficiente, también se redujeron como reflejo de la mejora del ingreso. En cambio, las vinculadas a políticas públicas no mejoraron sustancialmente: están ralentizadas (carencia por seguridad social), estancadas (carencia por rezago educativo) o empeoraron (carencia por acceso a servicios de salud).

7) La población con carencias sociales se incrementó del 26% al 32% de la población en el mismo periodo.

8) La carencia de acceso a servicios de salud creció más del doble: del 16% al 34% de la población. De 20 millones de personas a 44 millones. Además, es posible que la carencia sea mayor, al aplicar criterios comparables con años anteriores.

9) La pobreza bajó en todo el país, pero en 3 estados “más pobres” siendo más de la mitad de la población: Chiapas (66%), Guerrero (58%), Oaxaca (52%). En zonas rurales es casi la mitad de la población (46%)

10) La pobreza es mayor al promedio nacional (29%) para población indígena (66%), niñas y niños de 0 a 5 años (42%), de 6 a 11 años (39%), adolescentes de 12 a 17 años (36%).

Para avanzar de manera más rápida y sostenible en la reducción de la pobreza y corregir las graves fallas en políticas públicas, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza propone 5 estrategias indispensables:

1. Fomentar el crecimiento económico inclusivo y con equidad, basado en creación de empleo formal con salario digno.

2. Potenciar la incorporación productiva de mujeres y jóvenes, que hoy están en condición de exclusión. Urge crear servicios de cuidado y un auténtico programa de “primer empleo” para jóvenes sin estudios universitarios.

3. Fomentar las cooperativas y las empresas de la economía social, como la vía productiva frente a la pobreza en las zonas rurales y comunidades indígenas con mayor rezago social.

4. Garantizar educación y servicios de salud, con calidad y equidad, especialmente para la población en pobreza.

5. Mejorar la asignación de los programas gubernamentales de transferencias para evitar la exclusión de hogares de menor ingresos.

Las tres primeras apuntan a sostener y expandir la mejora del ingreso laboral. Son estrategias que combinan medidas de política laboral y política social. Orientan acciones de fomento económico que forman parte o pueden complementar el Plan México. Requieren el involucramiento activo de la iniciativa privada.

Festejar es lógico, siempre y cuando no tenga un efecto de pasividad y continuidad inercial. Urge afinar lo que ha funcionado, cambiar lo que está fallando y crear lo que falta. Sin crecimiento económico, con creación de trabajo digno, el avance puede revertirse. Gastar sin resultados y generar secuelas por mala calidad educativa y carencia de servicios de salud es desastroso.

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