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#ZonaLibre | ¿Se reacomodan las piezas del poder en Norteamérica?

La crisis del fentanilo en Estados Unidos es un problema de seguridad nacional, mientras que en México el consumo de drogas ha aumentado preocupantemente.
vie 21 febrero 2025 06:03 AM
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El mismo Trump que en su primer mandato arremetió contra México por el tema migratorio ahora sostiene una conversación con Sheinbaum en términos amistosos. ¿Un cambio de narrativa o un simple juego de estrategia?, cuestiona Caleb Ordóñez.

Si algo hemos aprendido en la política es que no hay enemigos eternos, solo intereses en movimiento. Y el último giro inesperado en la escena internacional es la aparente relación cordial entre Donald Trump y Claudia Sheinbaum. Sí, el mismo Trump que en su primer mandato arremetió contra México por el tema migratorio ahora sostiene una conversación con la presidenta mexicana en términos amistosos. ¿Un cambio de narrativa o un simple juego de estrategia?

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Más allá del simbolismo de la llamada, este acercamiento abre la puerta a la cooperación en temas urgentes como el combate a las adicciones, un problema que desangra a ambos países. La crisis del fentanilo en Estados Unidos es un problema de seguridad nacional, mientras que en México el consumo de drogas ha aumentado preocupantemente. Aquí hay una gran oportunidad para un enfoque binacional desde la raíz: la familia.

Las mejores estrategias antidrogas no comienzan con operativos militares ni bloqueos en la frontera, sino en el hogar. La educación, la prevención y la generación de oportunidades para los jóvenes son la clave. México puede ofrecer su experiencia en programas comunitarios mientras Estados Unidos refuerza su control sobre los laboratorios ilegales en su propio territorio. Un plan conjunto fortalecería la lucha contra las drogas y la relación bilateral.

Sheinbaum, soberanía y la relación con Washington

Mientras Sheinbaum y Trump parecían encontrar un terreno común, en el Senado mexicano se debatían reformas cruciales: el combate al tráfico de armas y el freno al injerencismo estadounidense. Y aquí hay un punto fundamental para entender el futuro de la relación México-Estados Unidos.

El tráfico de armas desde Estados Unidos ha sido el combustible de la violencia en México. Cárteles armados hasta los dientes con rifles de asalto comprados legalmente en Texas han convertido la lucha contra el crimen en una tarea titánica. La iniciativa de Sheinbaum busca cerrar ese flujo de armas y exigir mayor responsabilidad a Washington.

Por otro lado, el injerencismo estadounidense es una piedra en el zapato desde hace décadas. México no puede ser tratado como un patio trasero donde agentes extranjeros operan con impunidad. La reforma de Sheinbaum es un mensaje claro: cooperación, sí; intervencionismo, no.

Curiosamente, esto podría mejorar la relación con Estados Unidos en el largo plazo. Si México muestra firmeza y establece reglas claras, se posicionará como un socio serio y soberano, algo que Washington difícilmente podrá ignorar.

Canadá, el aliado que aún no despierta

Mientras México redefine su relación con Estados Unidos, Canadá sigue en una posición incómoda. En su intento de quedar bien con Washington, muchas veces ha tratado a México como un socio secundario, sin darse cuenta de que Estados Unidos lo ve de la misma forma: como un país servil que sigue órdenes sin cuestionar.

Canadá ha permitido que su política migratoria golpee a los mexicanos con restricciones de visas y barreras laborales, a pesar de que la mano de obra mexicana ha sido clave para su economía. A esto se suma la falta de una verdadera alianza estratégica entre ambos países, dejando a México en una relación desigual dentro del T-MEC.

Es hora de que Canadá entienda que su mejor jugada no es ser el fiel escudero de Estados Unidos, sino construir una relación más sólida con México. Un Norteamérica equilibrado requiere que Ottawa deje de actuar como el hermano menor y asuma un rol más independiente en la región.

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Un reacomodo inevitable

Estamos viendo una reconfiguración en las relaciones de América del Norte. México está endureciendo su postura con Estados Unidos, Canadá sigue en una actitud pasiva, y Trump, contra todo pronóstico, parece estar abriendo una nueva línea de diálogo con Sheinbaum.

Si México logra consolidar su soberanía sin romper puentes, si Canadá decide ver a México como un socio estratégico real y si Estados Unidos entiende que el respeto mutuo es la clave, podríamos estar entrando en una nueva era de cooperación regional.

Porque en la política, como en el ajedrez, los movimientos inesperados son los que realmente cambian el juego.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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