¿Qué te imaginas cuando piensas en la movilidad del futuro? ¿Autos eléctricos, voladores autónomos? ¿Tecnologías futuristas como en los Supersónicos? Aunque estas visiones son atractivas, el verdadero futuro de la movilidad está mucho más cerca y accesible de lo que parece. No necesitamos fantasías; necesitamos soluciones prácticas, como transporte público de calidad y la posibilidad de caminar y andar en bicicleta de forma segura.
Los autos eléctricos por sí solos no son la respuesta, los vehículos ligeros y limpios son una mejor forma de avanzar hacia la sustentabilidad aquí algunas de las razones principales:
- En general necesitamos reducir las millas recorridas por los vehículos, esto incluye los de combustible y eléctricos.
- En la mayoría de los países industrializados, el 60% de todos los viajes en automóvil son de menos de 8 kilómetros (5 millas) lo que los hace muy factibles de realizar en viajes intermodales caminando, en bicicleta y transporte público.
- La mayor parte del espacio público en ciudades (entre un 50-60%) son calles, autopistas y estacionamientos, y la mayor parte de los viajes (entre un 70 y 80%) se realizan caminando, a pie, en bicicleta y en transporte público, por lo que los esfuerzos deben ser enfocados en redistribuir estos espacios para hacerlos más seguros y accesibles para toda la población.
- La ocupación promedio de un auto es de 1.1 personas y pasa el 95% de su vida en estacionado.
En un mundo que lucha contra el cambio climático, la desigualdad social y 1.3 millones de muertes anuales por siniestros viales, los avances tecnológicos no pueden ser nuestra única respuesta. La bicicleta, un invento de más de 200 años, sigue siendo una solución revolucionaria. Su evolución en sistemas de bicicletas compartidas, como Ecobici en Ciudad de México y muchos otros en ciudades del mundo, ha demostrado su capacidad para transformar las ciudades de forma rápida y a bajo costo, con impactos tangibles en movilidad, salud, economía y medio ambiente, algo que pocas políticas públicas pueden hacer.
El Impacto de Ecobici en Ciudad de México
Desde su implementación en 2010, Ecobici ha sido pionera en México, América Latina y un referente internacional. Más allá de ser un medio de transporte, ha generado beneficios medibles en varios aspectos:
1. Ambientales
En sus primeros cinco años, Ecobici redujo las emisiones de gases de efecto invernadero en más de 770 toneladas de CO2, fomentando una movilidad más limpia y sostenible.
2. Sociales
El sistema ha duplicado el número de mujeres usuarias, promoviendo la equidad de género en el acceso al transporte.
3. Económicos
En una ciudad donde el tráfico cuesta $10 mil millones de pesos anuales en productividad, Ecobici ha generado ahorros equivalentes a 45.5 años de productividad desde su creación.
4. Salud
Más de la mitad de los usuarios reportan mejoras en su condición física, y el 15% señala beneficios generales en su salud.
Estos datos muestran cómo un sistema “simple” puede abordar problemas complejos, reforzando la importancia de políticas públicas orientadas a la movilidad sostenible.
Ocho acciones clave para expandir los sistemas de bicicletas compartidas
Para garantizar el éxito y la expansión de sistemas como Ecobici en México y otros países, así como el crecimiento de la movilidad activa, es esencial priorizar las siguientes acciones:
1. Seguridad vial y accesibilidad
Implementar infraestructura segura y adecuada como aceras, ciclovías, intersecciones seguras, reduciendo velocidades de vehículos motorizados y garantizando espacios seguros, cómodos y directos para peatones y ciclistas. (Este es un rezago histórico que diariamente cobra la vida de miles de personas y debe ser garantizado a la brevedad)
2. Eliminar subsidios al automóvil
Abandonar políticas que beneficien al transporte privado motorizado (incluyendo autos eléctricos), como exenciones fiscales y subsidios.
3. Impuestos justos
Gravar adecuadamente los vehículos motorizados de acuerdo con sus impactos negativos, incluyendo restricciones a la publicidad.
4. Eliminar barreras a la micromovilidad
Reducir impuestos y restricciones que limiten el acceso a bicicletas compartidas y otras formas de micromovilidad.
5. Integración con transporte público
Asegurar que las bicicletas compartidas sean parte de redes más amplias de transporte público, fomentando la intermodalidad.
6. Presupuestos sostenibles
Asignar recursos públicos realistas y congruentes con los beneficios e impactos positivos que generan, para garantizar la operación, mantenimiento y calidad en el servicio.
7. Prioridad a la movilidad activa
Fomentar políticas públicas congruentes que cierren brechas de desigualdad, asignando recursos y estructuras técnicas sólidas dentro de las instituciones.
8. Medición y evaluación
Establecer mecanismos para monitorear, evaluar y escalar el impacto de los sistemas de bicicletas compartidas.