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#ZonaLibre | La jefa de las Fuerzas Armadas

Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de cambiar la narrativa en torno a la seguridad y la militarización en México.
vie 04 octubre 2024 06:06 AM
Ceremonia de Salutación de las Fuerzas Armadas a la presidenta
La presidencia de Claudia Sheinbaum no solo es un hito en términos de género, puede ser el inicio de una nueva era en la lucha contra el crimen, donde la ciencia y el sentido humano juegan un papel primordial, considera Caleb Ordóñez.

El general se notaba nervioso, trastabillaba, leía pausada y detenidamente el discurso que tenía frente a él. Hacía pausas para mirar al presídium: ahí estaba ella, su jefa.

La presidenta lo miraba fijamente, con atención y cierta concentración por cada palabra que decía el militar. Tenían como testigos a cientos de elementos del Ejército, todos en formación castrense. La ceremonia tenía un ambiente ceremonioso y el típico ingrediente de tensión que conlleva todos los eventos de la milicia.

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Sheinbaum siguió en su discurso: “¡México está viviendo tiempos virtuosos!”. Al final, todos los altos mandos de las Fuerzas Armadas de México aplaudían fuertemente, haciendo una reverencia de lealtad ante la primera presidenta de la historia.

¡Vaya año! El 2024 marca un capítulo histórico para México: Claudia Sheinbaum se convierte en la primera mujer presidenta y, por ende, en la primera jefa de las Fuerzas Armadas del país. Su liderazgo supone una perspectiva fresca en la lucha contra el crimen organizado y pretende redefinir la relación entre gobierno, seguridad y ciudadanía. Pero ¿qué significa realmente tener a una mujer al frente de las fuerzas militares y cómo puede esto cambiar la estrategia contra el narcotráfico?

Una mirada distinta a la Seguridad Nacional

La seguridad pública en México ha sido un tema delicado por décadas, especialmente con el problema del narcotráfico y la violencia.

Felipe Calderón, presidente de 2006 a 2012, fue quien inició la “guerra contra el narco”, enfocando la estrategia en el uso militar para combatir a los cárteles. Sin embargo, esta táctica no solo no logró su objetivo de reducir la violencia, sino que en muchos casos la intensificó. Sheinbaum, con su formación como científica, propone una aproximación más basada en evidencia y menos en el uso de la fuerza, buscando soluciones más sostenibles y que ataquen las raíces de la problemática.

Desde su experiencia como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México (2018-2023), Sheinbaum demostró que una estrategia de seguridad puede ser exitosa con enfoques integrales. En la capital se enfocó en el fortalecimiento de la Policía local, promoviendo la proximidad ciudadana y, sobre todo, usando la ciencia de datos y la tecnología para identificar patrones criminales y anticiparse a ellos. La lógica de Sheinbaum es clara: para combatir el crimen se necesita no solo fuerza, sino también inteligencia.

¿Cómo una mujer puede cambiar la estrategia contra el narco

El hecho de que sea la primera presidenta y jefa de las Fuerzas Armadas no solo es un símbolo de progreso en términos de equidad de género, también puede representar una visión más humanista y empática en la estrategia de seguridad. La presencia femenina en cargos de alta responsabilidad política a menudo trae consigo un enfoque más incluyente y una tendencia a priorizar soluciones de largo plazo sobre tácticas inmediatas y agresivas.

Además, Sheinbaum ha señalado en varias ocasiones la importancia de reducir la militarización en la lucha contra el narcotráfico. Su enfoque parece ser más orientado a fortalecer las instituciones civiles y promover programas sociales que reduzcan la necesidad de las personas a involucrarse en actividades ilícitas. Esto incluye educación, empleo y mejora de condiciones de vida en comunidades vulnerables, con la intención de prevenir el delito antes de que suceda.

La importancia de una estrategia científica

Sheinbaum es Doctora en Ingeniería Ambiental por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y este trasfondo científico se refleja en su enfoque de gobierno. Sus estrategias se basan en evidencia, análisis de datos y estudios sobre el impacto de distintas intervenciones. Esto podría ser un cambio importante en cómo se ha manejado la seguridad en el país, ya que el uso de datos y herramientas científicas puede hacer la diferencia para entender patrones criminales, medir la efectividad de programas y reducir la violencia de una manera más planificada y estructurada.

Su experiencia como Jefa de Gobierno en la Ciudad de México es clave para entender este enfoque. Durante su gestión, la ciudad experimentó una reducción significativa en los índices de algunos delitos. Esto se atribuye a una política que se basó en medidas preventivas, intervenciones focalizadas y programas sociales orientados a mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables. La experiencia de Sheinbaum en este cargo le da una ventaja, ya que entiende la complejidad de los problemas urbanos y ha demostrado que, con la estrategia correcta, se pueden conseguir resultados positivos.

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Harfuch, el ‘as’ esperanzador

Durante el tiempo del ahora secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, como secretario de Seguridad de la Ciudad de México, la seguridad se sintió como un partido de futbol en donde, a veces, le metías gol al narco… y otras, el narco te metía a ti.

Harfuch logró avances importantes: redujo el robo de autos, desmanteló varias bandas de secuestradores y puso orden en algunas zonas calientes de la ciudad.

Pero no todo fue color de rosa, todavía había delitos como el robo a casa habitación o el asalto en transporte público, esos se mantuvieron como jugadores difíciles de marcar.

Uno de los momentos más intensos de su gestión fue cuando, como buen protagonista de película de acción, Harfuch sobrevivió a un atentado en 2020. ¡Qué mejor forma de decir que la delincuencia lo tenía en la mira! Aunque el hecho mostró lo peligroso que era combatir el crimen, también evidenció que hasta el secretario podía estar expuesto. Al final, su liderazgo mejoró la coordinación policial y bajó ciertos índices de inseguridad, pero la capital seguía enfrentando retos grandes, como el combate al narco y al crimen organizado. Digamos que Harfuch jugó bien, pero la Ciudad de México todavía esperaba más goles contra la inseguridad.

Claudia Sheinbaum, más allá del poder militar

El rol de Sheinbaum como presidenta y jefa de las Fuerzas Armadas va más allá de lo simbólico. Ella tiene la oportunidad de cambiar la narrativa en torno a la seguridad y la militarización en México. Su formación científica y experiencia previa demuestran que hay otras maneras de abordar la problemática del crimen organizado: más inteligencia, prevención y programas sociales.

Esta es una oportunidad única para que México explore una estrategia que no solo sea efectiva, sino también sostenible, y que coloque al país en el camino hacia una paz más duradera. La presidencia de Sheinbaum no solo es un hito en términos de género, puede ser el inicio de una nueva era en la lucha contra el crimen, donde la ciencia y el sentido humano juegan un papel primordial.

Para decirle adiós a la nefasta estrategia fallida del “abrazos y no balazos”.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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