Por supuesto, el PAN está que arde. La indignación es tal que algunos miembros no saben si llorar, gritar o simplemente lanzar tuits furiosos. Y no es para menos: ver a una de sus figuras clave dar la vuelta y alinearse con Morena ha sido un golpe duro, sobre todo en un momento tan crucial. El voto de Yunes fue lo que permitió a Morena avanzar con la reforma, dándoles la mayoría que tanto necesitaban. Esto deja claro que en la política mexicana no hay principios inquebrantables, solo conveniencias momentáneas.
La jugada de los Yunes, aunque polémica, parece estratégicamente brillante. Al Morena lograr mantener la mayoría, los pingos veracruzanos, pueden asegurar un respiro de las investigaciones judiciales y evitar que sus adversarios políticos sigan atacándolos. Es como si la familia hubiera decidido que, en vez de seguir peleando contra la corriente, mejor se montan en la ola de Morena, aunque eso signifique traicionar a su antiguo partido y a todos sus ahora examigos.
¿Regresarán algún día a Veracruz? De ser así, ¿cómo los recibirán en el café “La Parroquia”?
A otra cosa, mariposa. Un nuevo capítulo.
Así que, ¿traición o supervivencia? Todo depende del ángulo desde el cual se vea. Lo que es seguro es que la política mexicana sigue siendo un espectáculo fascinante, lleno de giros inesperados, alianzas sorpresivas y personajes que saben cómo jugar sus cartas cuando la situación lo requiere.
Ahora bien. Una vez que la reforma judicial ha sido aprobada por todos los congresos locales, el presidente luce una sonrisa más grande que la que usas cuando evitas pagar impuestos. ¿Y luego qué pasa? Pues el país entra en modo “actualización de software”, pero en lugar de un nuevo iOS, es un nuevo sistema judicial. Se reestructuran tribunales, los jueces empiezan a temblar (por miedo o emoción, quién sabe), y se abre la puerta para que Morena controle más el aparato judicial. Todo bajo el lema de "reforma", aunque muchos se preguntan si es más bien “transforma... para siempre”. El próximo 15 de septiembre, será el grito más alegre del hasta ahora presidente mexicano.
El panorama político en México es como una piñata: de un lado están los que quieren pegarle con todo (llámese oposición) y del otro, los que la defienden con uñas y dientes (Morena y sus aliados). En el medio, estamos la mayoría de la gente, viendo cómo vuelan los golpes, los dulces y los memes.
Cada elección es una fiesta donde unos celebran y otros dicen que el pastel estaba envenenado. Y así, entre declaraciones incendiarias, marchas y telenovelas políticas, el país sigue adelante, como siempre, sobreviviendo al caos y al drama.
Y ahora, al capítulo que seguirá: Trump contra Kamala. O bien podríamos llamarlo: Todos contra México. Pues ambos insisten en arrojar piedras a nuestro país.
¡Venga pues! La elección de Trump contra Kamala es como un duelo épico de superhéroes. Por un lado, tienes a Trump, el tipo que cree que puede resolver todo con una buena dosis de "Make America Great Again", y por el otro, Kamala, la primera mujer vicepresidenta que busca mantener el timón de lo que llama el "progreso", o para muchos la cultura “woke”.
Este enfrentamiento es sumamente importante para nuestro país, porque uno promete volver a la película que ya vimos, mientras que la otra busca abrir una nueva temporada de la serie, donde la protagonista sería la primera presidenta mujer, en la historia de los Estados Unidos. Unos días después de que Claudia Sheinbaum tome protesta como presidenta de México.
El resultado en Estados Unidos, podría cambiar todo el guión de la serie que todos los días vemos a través de nuestros monitores. Sigamos atentos.