El acuerdo entre las “corcholatas” y el presidente López Obrador, a propósito del proceso interno que se dio a conocer en junio de 2023, era este : quien quede en primer lugar ocuparía la “coordinación de los comités de defensa de la cuarta transformación”, el eufemismo al que se recurría entonces para darle la vuelta a la legislación electoral y no decir “candidatura presidencial”; segundo y tercer lugar, serían coordinadores de bancada en el Senado o la Cámara de Diputados, o integrantes del gabinete; cuarto, quinto y sexto lugar, se incorporarían a un espacio de representación proporcional en el Congreso, “cada uno por su partido”. Las encuestas (una de la Comisión de Encuestas de Morena y otras cuatro que fungieron como “espejos”) promediaron los siguientes resultados : Claudia Sheinbaum, 39.4%; Marcelo Ebrard, 25.8%; Adán Augusto López, 11.2%; Gerardo Fernández Noroña, 10.6%; Manuel Velasco, 7.2%; y Ricardo Monreal, 5.9%.
Fernández Noroña y el arte de patalear
Sheinbaum quedó en primer lugar, se hizo de la candidatura y ganó la presidencia. Ebrard, segundo lugar, fue electo senador por representación proporcional, pero ya fue presentado como próximo integrante del gabinete. López, tercer lugar, ya fue mencionado por Sheinbaum como probable coordinador de la próxima bancada de Morena en el Senado. Hasta ahí, el acuerdo se estaría respetando conforme a lo establecido.
Pero el todavía diputado Gerardo Fernández Noroña dice que no. Asegura que él quedó en tercer lugar, no en el promedio sino en el resultado de la encuesta que hizo la Comisión de Morena. Y es cierto, en esa él obtuvo 12.2% y Adán Augusto López 10%. Según su alegato, le correspondería entonces coordinar la bancada de Morena en el Senado (al que fue electo por la vía plurinominal) o un nombramiento en el gabinete. La virtual presidenta electa ha salido a aclarar que Noroña “es un compañero de primera”, que “va a seguir jugando un papel muy importante en el movimiento”, pero que él participó en la encuesta como representante del PT, como insinuando que el acuerdo solo aplicaba propiamente para quienes contendían por Morena. De ser así, sin embargo, ¿por qué se contemplaron seis lugares si solo eran cuatro morenistas (i.e., Sheinbaum, Ebrard, López y Monreal)?
En todo caso, Fernández Noroña tendrá una curul plurinominal en el Senado por su partido, el PT, tal y como le correspondería al cuarto lugar según el acuerdo. Y Manuel Velasco, que ganó una plurinominal en el Senado, ya ha sido anunciado por la dirigente del PVEM como coordinador de su bancada en la próxima legislatura. Con él se estaría cumpliendo la parte del acuerdo que le toca.
Ricardo Monreal, quien quedó en último lugar en la encuesta, también ha sido ya mencionado por Sheinbaum como probable coordinador de la próxima bancada de Morena en la Cámara de Diputados. Eso no constituye una violación del acuerdo dado que él fue la única “corcholata” que contendió por una diputación, todos los demás (exceptuando a Sheinbaum, obviamente) compitieron por un lugar en el Senado.
Los destinatarios del pataleo de Fernández Noroña, en consecuencia, parecerían ser Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Alberto Anaya. La primera, para ver si le ofrece algún puesto en el gabinete. El segundo, porque todo indica que será el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara Alta, un cargo para el que Fernández Noroña se sentía con posibilidades porque recientemente se afilió a Morena y porque en la encuesta del partido quedó, efectivamente, en tercer lugar. Y el tercero, porque recientemente se anunció que había sido nombrado por unanimidad como el próximo coordinador de la bancada del PT en el Senado, la última coordinación a la que hubiera podido acceder Fernández Noroña tras ser reconocido como “parte del movimiento” pero desdeñado del acuerdo por haber participado en la competencia por la candidatura de Morena bajo las siglas del PT.
El método de las encuestas y los premios de consolación dejó cabos sueltos en el obradorismo. Fernández Noroña los está aprovechando ahora para aplicar aquella máxima de que “el que no chilla, no mama”. Al hacerlo, les pone una pequeña pero aun así interesante prueba a Claudia Sheinbaum y a los operadores de su coalición en el Senado: ¿cómo van a lidiar con las “disidencias internas”?
____
Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor. Síguelo en la red X como @carlosbravoreg