Fiereza en la nación de las desapariciones constantes, los cientos de homicidios diarios.
Sin embargo, para el presidente López Obrador, todo es una exageración. “Se quiere crear un ambiente que no existe”, asegura molesto. Como si no fuera evidente la alarma, el miedo y la desesperación general por el tema que más le importa a los mexicanos: su propia seguridad.
La elección del próximo 2 de junio se va convirtiendo en una inminente batalla sangrienta. Desde el explosivo arranque de campañas, ya hay 23 políticos asesinados y los ataques se siguen multiplicando.
Los candidatos a alcaldes son los principales objetivos del crimen organizado.
Esto tiene una lógica, pues en nuestro país el presidente municipal es el más cercano -e incluso vulnerable- de los servidores públicos.
En la gran mayoría de las ciudades del país, la figura del presidente o el gobernador es sumamente lejana; muy diferente al del alcalde, quien recibe todo tipo de reclamos y debe enfrentar directamente a los ciudadanos en las colonias y calles. Son los gobernantes a los que más fácilmente se debería acceder.
¿Por qué Mexico es un país ‘municipalista’?
Somos un país municipalista debido a la estructura política y administrativa que otorga un alto grado de autonomía que tienen los municipios.
La Constitución mexicana reconoce a los municipios como entidades básicas de gobierno, con facultades para gestionar sus propios asuntos, como la administración de recursos locales, el desarrollo urbano, la seguridad pública y la prestación de servicios básicos. Esta descentralización fomenta la participación ciudadana en la toma de decisiones más directa y permite adaptar políticas y programas a las necesidades específicas de cada comunidad. Porque cada municipio es un mundo.
La diversidad cultural y geográfica de México contribuye a la consolidación del municipalismo, ya que cada municipio enfrenta desafíos únicos que requieren soluciones locales. La riqueza cultural y la tradición de autogobierno en muchas comunidades indígenas también fortalecen este enfoque.
El municipalismo promueve la democracia participativa y la cercanía entre gobernantes y gobernados, lo que favorece la rendición de cuentas y la transparencia en la gestión pública. Sin embargo, son quienes enfrentan los mayores desafíos, como la falta de recursos y capacidades en algunos municipios, así como la influencia de intereses del narcotráfico y otros grupos delincuenciales con armamento sumamente superior, que buscan imponer a la fuerza, decisiones locales.