Seguimos sintiendo un enorme pesar por lo que ha sucedido en Guerrero en las últimas semanas. Evidentemente el embate de la naturaleza fue tremendo e inevitable. Pero el problema de todo lo que los tres niveles de gobierno han dejado de hacer es poco menos que inhumano. Se han mostrado como un grupo de incompetentes, indolentes e irresponsables. La forma en que abandonaron a su suerte a todos los que se encontraban en la zona de impacto no permite sino ver que los que se dijeron cercanos a la gente solamente les interesan sus votos y la concentración de poder. Todo lo demás es palabrería, populismo y demagogia homicida.
#ColumnaInvitada | La tragedia nacional
Se están notando las consecuencias reales de todo lo nocivo de este desgobierno. Vemos una situación de abandono y desprecio con lesa humanidad. Las decisiones en política pública no pueden simularse en forma eterna. El presidente se comporta como un despreciable e insensible. Imita a Stalin y trata al pueblo como gallinas desplumadas. Las acciones y omisiones son oprobiosas.
Veamos a cada persona e instante para entender en toda su dimensión todo lo malo que hicieron. Primero, el presidente omite alertar a todos los habitantes de la zona de los riesgos de un huracán de esas dimensiones y se limita a mandar un tuit de última hora. Luego, al día siguiente, se hace la víctima por ocho horas distrayendo recursos y sin evidencia de que siquiera haya llegado y claramente nunca visitando o estando cerca de las víctimas. Voló de regreso esa tarde a CDMX. Acto seguido, el presidente no va y dice que no quiere generar un show. Pero eso sí, en su lugar hace actos de proselitismo en otros estados. Dice que en otros días acude, pero en ningún momento hay constancia real de que se haya presentado y jamás cerca de los afectados. A la fecha ni una sola fotografía en que el presidente se atreva a estar cerca de la gente para demostrar empatía y real preocupación. Siguiendo su historia diaria, se encierra en el Palacio Nacional y tampoco recibe a las personas que vinieron de Guerrero a verlo y reclamar atención. Para ellos más desprecio y distancia. No merecen su atención porque él solamente habla con quienes lo adulan. A todos los demás vallas metálicas, desprecio, indiferencia y cerrazón completa.
La gobernadora igualmente no va a los lugares y camina por zonas en que ni las botas se mancha. No existe tampoco certeza de que se haya apersonado en las zonas complicadas donde la pauperización fue absoluta y donde se requiere presencia real de quienes se postularon para gobernar con presencia y cuidado. Nada de eso. Les preocupa que haya imágenes en que salgan mal librados y por eso no se atreven a acercarse a donde los reclamos serán ciertos y evidentes. Viven en su mundo alterno. Alejados de la realidad cruda de cientos de miles que no tienen como pasar cada día ante las enormes carencias materiales.
La Presidenta Municipal de Acapulco dice que el robo de mercancías y muebles es solidaridad social. No hay orden alguno. Se propició y permitió la rapiña porque es como funcionan estos pseudo-gobernantes. Como son socios de la delincuencia organizada permiten en los hechos que sean ellos quienes definan quién, cómo, dónde y cuándo se hagan las cosas en cuanto a apoyos u otras acciones. En lo que reparan es en cómo sus acciones y omisiones logran destrozar el estado de derecho. Priva el desorden porque el verdadero gobierno es de intereses económicos, no de formas sólidas ni tratando de construir o preservar instituciones.
En un acto inverosímil, la misma noche del huracán, la Presidenta Municipal de Chilpancingo ignora el dolor de sus vecinos y celebra su Segundo Informe de Gobierno con todo y fuegos pirotécnicos. Difícil imaginar una insensatez mayor al permitir que en pleno momento de devastación por el meteoro no se suspenda la fiesta en la capital del estado a menos de 100 kilómetros de distancia de la zona cero. Literalmente los dejaron morir solos mientras ellos festejaban su derroche y esperpento burocrático.
En fechas más recientes y a propósito de la aprobación del Presupuesto de Egresos para la Federación 2024, y aunque parezca absolutamente irracional, la mayoría de Morena y satélites en la Cámara de Diputados hizo caso omiso a los llamados reiterados y múltiples de legisladores de la oposición para incluir partidas presupuestales que permitan una atención clara y dedicada para los Guerrerenses, en particular por la destrucción del Fonden como un fideicomiso que tenía estructura y operación, y no solamente la alcancía anual que dejaron con absoluta discrecionalidad. Y para topar los desparpajos hace un par de días publicaron la extinción de la emergencia, para de un plumazo decir que ya no se requiere nada del gobierno federal. En los hechos dejaron a Guerrero sin apoyo alguno distinto a las migajas que decidan en su momento dar pero sin real estructura u orden. Les valieron en los hechos y lo demostraron al ignorarlos por completo. Que se rasquen las pulgas como puedan.
Sabemos entonces que no hay un plan maestro de reorganización, reconstrucción y rescate de Guerrero. Como resultado tenemos una bomba social porque la industria del turismo representa el 90% de la economía en esa entidad, y en Acapulco esto no va a recuperarse en forma visible al menos en los siguientes 6 a 12 meses si bien nos va. Sin un programa de reactivación económica para promover empleo, los medios de sustento se van a colapsar. Urgente la solidaridad y que se siga haciendo sin demora, con o sin gobierno.
Cobra nueva vigencia la mentira de Primero los Pobres. En un día la autollamada 4T permitió que más de un millón de guerrerenses pasaran a la pobreza extrema, y por lo visto les gusta que estén en esas condiciones. La realidad es que desde que llegó el presidente se ha encargado de no escuchar a los pobres, madres buscadoras, mujeres, ciudadanos, trabajadores del poder judicial, etc. Para todos ellos las murallas de metal. Se metió a la casa del pueblo, la expropió para su uso particular, nos quitó el Palacio Nacional, y destruyó la certeza de programas e instituciones que servían.
Hoy insiste en despreciar a las víctimas y dejarlos a su suerte. Festeja en tiempos de desolación y pobreza extrema. Así es que están demostrando lo que realmente son, unos desalmados, indolentes, despreciables y buenos para nada. El momento es urgente de que aún los más convencidos abran los ojos de lo que realmente sucede. Si no los descubrimos vamos a permitir que el error de 2018 se repita en 2024. El país es generoso, pero no da para aguantar otros seis años de destrucción.
Una reflexión adicional. Ahora que estamos en esta emergencia en Guerrero resulta que de donde vienen los apoyos internacionales principales es de Estados Unidos. Habría que preguntarle al presidente si algo tenemos de sus amigos dictadores de América Latina. Digo, para que veamos si estar teniendo ese tipo de relaciones es oportuno más allá de la ideología y la demagogia.
Tenemos entonces frente a nosotros una realidad que nos llama la atención. Se han encargado de llevarnos al límite de la miseria y la frustración. Si hace tiempo pensábamos que llegar a los extremos de Venezuela era una cosa exagerada e imposible, más vale que todos abramos los ojos y nos demos cuenta que esa es la idea que tienen en mente el presidente y sus secuaces. Por ello no podemos dejar de decir que la tragedia nacional es real, que todo puede empeorar, y que los que hablen de continuidad del régimen son peligros evidentes y sin mesura. Así es que salgamos de esta tragedia nacional, preparémonos para dar la batalla en los comicios 2024 y asegurémonos de que todos estemos con credenciales vigentes para salir masivamente a votar el 2 de junio próximo. No hay de otra. O le entramos o nos hundimos y perdemos autonomía, libertad y normalidad democrática. Evitemos que la tragedia nacional se multiplique por no salir a votar.
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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es miembro del Consejo Directivo de UNE México y de la red de Unid@s. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.