Irónicamente, al parecer Colmenares se considera un ser al margen de su propio código y decidió acudir a una comidita con Ignacio Mier Velazco, coordinador del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados en el restaurante Prendes de Polanco, sin imaginar que la diputada panista María Elena Pérez-Jaén Zermeño los iba a cachar con las manos en algún lenguado holandés almendrado o camarones jumbo a las brasas, equivalentes al arroz con frijoles que recomiendan y rebuznan en las mañaneras.
Como resultado, Colmenares fue trending topic por varias horas en Twitter y materia para diversos encabezados en los periódicos.
Pues déjenme decirle que, al seguirle la pista a las auditorías de la ASF durante la gestión de Colmenares, he encontrado todo un abanico de malas, pésimas y lamentables actuaciones que poco a poco han mostrado su falta de integridad, conocimiento y rigor metodológico, así como su cada vez más evidente muestra de servilismo y sumisión ante el gobierno federal, de manera particular en sus ‘proyectos estrella’.
Ahí le va lo acumulado hasta ahora.
Iniciando 2019, la ASF, la Secretaría de Energía y representantes de la filial de Pemex Transformación Industrial y PTI-Infraestructura de Desarrollo, firmaron un Convenio para que la ASF revisara, de manera adelantada, el proyecto de la nueva refinería en Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, pero solamente emitir sugerencias, es decir, ¡nada de responsabilidades!
Acto seguido, para la revisión de 2020, entregó la nauseabunda (no pude utilizar otro calificativo) auditoría 1394-DE a la Suspensión y Cierre del Proyecto de Texcoco que les explotó en sus caras a Colmenares, a Ronald Pieter Poucel Van Der Mersch, un economista sin cédula profesional registrada, y del aprendiz de director Carlos Miguel Gómez Márquez, que calcularon con las patas el costo de la terminación, lo que detonó que Colmenares aceptará un "error metodológico" a los dos días de la publicación del informe, que fue aprovechado y explotado con aire socarrón desde la mañanera, arrastrando por el lodo el limitado prestigio de la ASF.
Ese detallito también sirvió para que Ignacio Mier, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, solicitara a la Unidad de Evaluación y Control de la Comisión de Vigilancia de la ASF un diagnóstico que resultó demoledor para Colmenares, pues en este documento quedó expuesto el enorme atraso que hay en la atención de los pliegos de observación, las solicitudes de aclaración, las promociones de responsabilidades y las recomendaciones, así como el riesgo de prescripción de dichas acciones. Es decir, Ignacio Mier agarró por los… a Colmenares.
Porque déjeme decirle que esas mañas de andar negociando las auditorías fueron conseguidas gracias a los cambios al reglamento interno de la ASF para empoderar a su gran paisano y cuate Nemesio Ibáñez, que le proporcionaran poderes ilimitados para la negociación de los resultados de las auditorías y los importes observados; tanto así, que ocasionó la salida de Gerardo Lozano, su auditor especial de Cumplimiento Financiero, quizás el único que entendía de auditorías, y quien denunció la excesiva e injustificable concentración de poder de Nemesio, que no era sana para la institución ni para la fiscalización de los recursos públicos.