Al menos 39 varones fallecieron en el inmueble del Instituto Nacional de Migración , mientras que otros 29 resultaron heridos -17 de ellos en terapia intensiva- en el trágico evento.
Decenas de migrantes, en su mayoría de Centroamérica, Venezuela, Ecuador y Colombia han sido aprehendidos en las calles de la ciudad para ser llevados a un separo, antes de ser deportados a su país de origen.
Al enterarse de la fatídica noticia, muchos de los hombres detenidos decidieron hacer una protesta incendiando colchones, que luego provocaron un holocausto dantesco.
Testimonios dolorosos relatan que las puertas del lugar estaban cerradas y los custodios se negaron a ayudar inmediatamente a decenas de personas que se asfixiaban con el humo.
Los cuerpos de los fallecidos yacían enfilados en la oscura noche de la desgracia migrante. Un reflejo de una política fallida entre México y Estados Unidos, que se debe explicar.
Fiasco político sin atender
Para los gobiernos que colindan con el país del norte, no es sorpresivo un evento tan caótico como el del pasado lunes.
Son meses en los que se ha pedido de forma intensiva la ayuda del gobierno federal ante la sobrepoblación histórica de personas que buscan cruzar a los Estados Unidos.
Para la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, está situación pudo haberse prevenido: "Tenemos meses, ustedes lo saben, tenemos meses pidiéndole a la Federación, incluso solicitando apoyo internacional y ayuda internacional sobre el tema migratorio".