Comentario aparte merece la adquisición de medicamentos para uso hospitalario. En el sistema danés, dicho proceso se realiza a través de una licitación y negociación de precios por parte del gobierno, pero desde 2018 se han implementado convenios con otros países para realizar licitaciones conjuntas y para el intercambio de estudios de costo-efectividad para la incorporación y el reconocimiento de nuevos medicamentos.
En México, por otro lado, entre 2020 y 2022, hubo en total cuatro cambios respecto a las instituciones encargadas de realizar los procesos de licitación y compra de medicamentos e insumos médicos. Lo anterior desmanteló el sistema de compras y distribución especializado en el sector salud, que el IMSS había encabezado en los últimos años. Las modificaciones generaron un desabasto que persiste hoy en día, lo que derivó en la desatención de enfermedades como VIH, diabetes y cáncer, entre otras.
En los últimos años, la falta de disponibilidad de ciertos medicamentos ha tenido un impacto significativo en el ingreso de los mexicanos, ya que, de acuerdo con datos de la OCDE, durante 2021 en México el gasto de bolsillo representó 38.76% del gasto total en salud. En cambio, en Dinamarca el porcentaje destinado a este rubro fue de 12.38%.
Otro de los puntos débiles en este proceso de transición en México ha sido la falta de apertura del gobierno para colaborar con otros agentes que forman parte del sistema de salud y que podrían representar aliados estratégicos para la administración pública, como la sociedad civil o la iniciativa privada. Vale la pena destacar que, en el sistema danés, dichos actores desempeñan un papel fundamental de acompañamiento en el diseño y la implementación de políticas públicas en materia de salud.
En conclusión, ante el panorama del sector salud de cara al cierre del sexenio, se puede observar que aún nos queda mucho tramo por recorrer para tener un verdadero sistema universal de salud. El cambio estructural requerido para su consolidación va más allá de los posibles esfuerzos de un sexenio. El siguiente gobierno deberá basar su política en materia de salud no solo en la conveniencia discursiva, sino también en la imperiosa necesidad de garantizar el derecho a la salud de todas las personas, fundamental para el ejercicio de cualquier otro derecho.
Nota del editor: Karla Suárez (@KarlaSC21) es consultora especializada en el sector salud en Integralia (@integralia_mx). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.