Andrés Castañeda, coordinador de las causas de salud y bienestar en el colectivo Nosotrxs, detalla que en la plataforma que administra, llamada Cero Desabasto, las quejas por desabasto de medicamentos para salud mental crecieron desde 2021.
El año pasado, incluso, los reportes de escasez de estos fármacos ocuparon el primer lugar, por encima de las quejas de desabasto de medicamentos para cáncer, que solían ser los que más escasez registraban en México. Y durante enero y febrero de 2023 han recibido 67 quejas por falta de medicinas para la salud mental.
La mayoría de los reportes son por falta de tratamientos para depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar y esquizofrenia.
“Esto nos preocupa. Sabemos que, por un lado, sí aumentó la demanda, pero también aumentó el desabasto”, explica.
El problema se agrava porque las farmacias particulares también reportan escasez de algunos medicamentos. Las causas del desabasto son variadas, según el tratamiento. Por ejemplo, expone el médico, el fármaco Vyvanse, utilizado para TDAH, no tiene existencia porque la empresa que lo producía se fusionó con otra y decidieron descontinuar su fabricación. Una alternativa a ese medicamento es el Metilfenidato, el mismo que necesita Ariadna.
“Pero este medicamento ahora también está en desabasto. No sabemos específicamente cuál es la causa, porque de este medicamento sí hay genérico. En ese sentido es nuestra preocupación, que estamos viendo que no está llegando la alternativa a este medicamento”, indica Castañeda.
El desabasto de medicamentos en México, en general, es un problema de años, pero se ha profundizado en este gobierno, pues ha implementado cuatro modelos de adquisición de insumos sanitarios y todos han tenido fallas. Aunque en los últimos meses ha mejorado el abasto, señala el médico, la curva de aprendizaje ha resultado dolorosa para los pacientes y, además, se mantiene la falta de transparencia en las compras públicas.