- En marzo de 2020, con el choque de trenes en Tacubaya, murió una persona y 41 más resultaron heridas.
- El 9 de enero de 2021, con el incendio del Puesto de Control de Mando, murió una policía y 30 resultaron heridos.
- Con el colapso de la Línea 12, el 3 de mayo de 2021, murieron 26 personas y 80 más resultaron heridas.
- Y con el choque del sábado pasado, 7 de enero, entre las estaciones Potrero y La Raza, una joven perdió la vida y más de 100 resultaron heridas.
Ese es el saldo del abandono en que tienen a ese sistema de transporte. Lo más doloroso es que al Gobierno de Claudia Sheinbaum estas vidas, estos heridos, este sufrimiento, no les importa.
La falta de mantenimiento, los recortes presupuestales y los subejercicios, lamentablemente tienen como consecuencia que los usuarios del Metro tengan que asumir el riesgo todos los días. Los usuarios tendrán que sortear inundaciones, incendios, retrasos, explosiones o separaciones de trenes, como lo ocurrido en la estación Polanco; el hecho de subirse al Metro de esta ciudad pone en riesgo su vida.
Recordarán que hace años, cuando salieron a la luz los videoescándalos de corrupción del gobierno de López Obrador, dijeron que era parte de un complot en su contra. Hoy que el Metro está cayéndose dice que es un sabotaje. Mandan a la Guardia Nacional a arreglar un problema de mantenimiento, de desvío de recursos y de corrupción, cuando su deber es ocuparse de la seguridad de los mexicanos.
El Gobierno de la Ciudad de México ha dicho que los sucesos del Metro son, y voy a citar a la señora Sheinbaum: “episodios fuera de lo normal y hechos atípicos”. Claramente son hechos atípicos porque en cualquier ciudad del mundo al principal sistema de transporte se le da mantenimiento, no se le abandona.